Una isla de contrastes

Caribe

Por Lupe Vázquez

La ruta de aterrizaje hacia el aeropuerto pasa por encima de Maho Beach y, literalmente, se siente el calor y fuerza del viento en las turbinas con el descenso. Una escena digna de película cuando lo ves desde la arena. A bordo del avión, este detalle no es palpable, simplemente llegas a San Martín, una isla donde conviven la diversión, el descanso y la aventura.

St. Maarten, St. Martin o San Martín es una isla con 37 millas cuadradas cuyo territorio lo comparten Francia y Holanda, rodeada por el Mar Caribe.

Los que han viajado a St. Maarten lo hacen por algunos atributos obvios, como las playas, variedad de hoteles, poder usar dólares, hablar español o inglés y lo cerca que queda de nosotros.

Si has visitado la isla como puerto en una ruta de cruceros, amerita que los visites un par de días más, para que disfrutes un poco de lo que descubrí, de la mano de la oficina de Turismo de St. Maarten.

Es difícil imaginar que en un territorio tan pequeño se puede hacer tantas actividades diferentes. Aunque su industria principal es el turismo, sí hay una porción de terreno grande que está conservada y esto permite disfrutar de todas las alternativas para entretenimiento y actividad y embelesarse con terrenos en su estado natural.

Philipsburg, la capital holandesa, es un estado autónomo de los Países Bajos, del Reinado de Netherlands (Holanda) tiene un par de calles típicas llenas de tiendas de especias, chocolates belgas, accesorios, joyerías y mercados de souvenirs típicos. Circula el dólar y la moneda holandesa florín. Aparte de estas señales holandesas, el resto de la ciudad es un típico puerto caribeño con conveniencias norteamericanas, que recibe cientos de cruceros al año.

La parte francesa son dos terceras partes de la isla y es técnicamente parte de la comunidad europea, donde se habla francés y circula el euro, aparte del dólar y el florín. La capital francesa es Marigot, tiene bistros típicos, tiendas de pastelería, tabacalerías, una atmósfera más sosegada. Incluso cierran durante las horas de siesta vespertina, entre 1:00 y 3:00 p.m. Se habla inglés, francés, español, papiamento. La isla tiene 32 playas, todas distintas y hermosas.

Tal vez conozcas otros atractivos de la isla, como el guavaberry, famoso licor de guayaba, hecho allí, un 'must' para comprar y regalar. O las playas nudistas del lado francés, pero créanme, hay mucho más.

Great Bay, en Phillipsburg es el parqueo de los cruceros, y la zona está preparada...

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