La Isla de los desconectados

YOANI SÁNCHEZ

FILÓLOGA Y BLOGUERA

No obstante las carencias y el control, los cubanos tenemos una marcada predilección por los circuitos y las lucecitas. El apetito por los artefactos electrónicos se nos incentivó precisamente debido a las restricciones que el Estado ha mantenido sobre su distribución.

Aunque en honor a la verdad hay que aclarar que siempre hemos podido apelar al mercado informal, donde se ofertan desde teléfonos inalámbricos hasta aparatos de masaje. Para cuando Raúl Castro autorizó en 2008 la venta de elementos informáticos en las tiendas oficiales, ya muchos llevábamos años delante de la pantalla de un ordenador fabricado por nosotros mismos, verdadero Frankenstein armado pedazo a pedazo con piezas compradas en las redes informales de distribución. Pero éstas son en realidad computadoras autistas, a las que les falta el relámpago de la conectividad, el aliento vital en forma de kilobytes que las haga saberse vivas, interactuar con otras.

Vivimos en el país con menor tasa de acceso a Internet de este hemisferio. Según datos oficiales, Cuba tenía 1.6 millones de usuarios web en 2009, de manera que sólo 14.2 habitantes por cada 100 había experimentado el vértigo de ser un internauta y en dos años la cifra ha cambiado bien poco. La mayoría de ellos, no lo hace en una red abierta y con acceso a todos los sitios, sino en una intranet muy monitoreada y limitada, una especie de simulador de vuelo en el que no es posible toparse con ninguna información contestaría. Sólo las personas más confiables, los altos funcionarios gubernamentales y algunos académicos vinculados a instituciones, pueden gozar de una conexión doméstica.

Desde hace más de tres años el tema de un cable submarino de fibra óptica entre Cuba y Venezuela, ha venido a convertirse en la zanahoria agitada frente al rostro de los sedientos internautas isleños.

Finalmente después de muchos anuncios, el tendido ha llegado a una pequeña playa del oriente del país y promete multiplicar por 3 mil el actual ancho de banda. En un principio el gobierno advirtió que los kilobytes que circularían a través de él estaban destinados especialmente a instituciones y organismos estatales. Sin...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR