Isla de interrogantes

LEONARDO PADURA

ESCRITOR

El general Raúl Castro, reelecto el 24 de febrero por la Asamblea como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros para la legislatura que corre hasta el 2018, ratificó públicamente que, con independencia de las modificaciones que se realicen en la Constitución respecto al tiempo de ejercicio de los altos cargos estatales y gubernamentales, éste, que inicia con 82 años cumplidos, será su último mandato al frente del país.

Mientras el presidente Raúl hacía esta afirmación, en la primera fila del plenario, sentado en su sillón de diputado, el expresidente Fidel Castro (camino de sus 87 años), quien tuviera en sus manos los destinos de la nación durante más de 46 años, era testigo del anuncio con el que comenzaba el principio del fin de un período histórico que estuvo marcado por su personalidad y su estilo de gobierno.

El país que ahora entra en esta etapa de cierres y aperturas que pudieran ser trascendentes, ya es de por sí diferente al que gobernaba Fidel en 2006, cuando enfermara gravemente y se viera obligado a alejarse del poder, primero de forma provisional, luego, en 2008, de manera definitiva.

Aunque las esencias del sistema no han cambiado, y se mantienen la estructura de partido único, el mismo formato electoral y la economía de carácter socialista, no puede negarse que los movimientos introducidos por Raúl como parte del llamado "proceso de actualización del modelo económico cubano", convertido en programa político con los lineamientos de la política económica y social aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista (2011), han ido cambiado la realidad del país.

Una serie de medidas económicas y sociales, de mayor o menor alcance, pero en muchos casos revulsivas de un modelo político centralizado y estatalizado, comienzan a dar una fisonomía diferente al entramado social y económico de la isla del Caribe.

Entre estos cambios políticos están la eliminación de prohibiciones que limitaban la capacidad de realización del ciudadano (el acceso a la telefonía móvil, la posibilidad de comprar y vender casas y autos, etcétera), las diversas modificaciones introducidas (ampliación y facilitación del trabajo por cuenta propia, entrega a particulares de tierras en usufructo, creación de cooperativas, mayor espacio para la comercialización de los productos agrícolas, concesión de créditos bancarios, nueva ley tributaria, entre otras), y hasta una decisión tan trascendente como la aprobación de una reforma...

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