Los jueces ante el crimen

RAFAEL L. MARTÍNEZ TORRES

JUEZ ASOCIADO DEL TRIBUNAL SUPREMO

Algunos comparan el sistema federal con el local. Otros apuntan -con mucha razón- que hay diferencias fundamentales entre ambos sistemas. El federal atiende menos casos pues su jurisdicción es limitada. Además, los fiscales federales pueden presentar como prueba las grabaciones de las conversaciones telefónicas de los acusados y el tribunal federal puede mantener presos, sin fianza, a los acusados peligrosos, mientras éstos esperan su juicio.

La Constitución de Puerto Rico no permite que se use ninguna de estas alternativas en los tribunales locales.

No es mi función adjudicar ese debate ni abogar por cambios a la Constitución. Tampoco me corresponde señalarle a los demás poderes constitucionales, el Legislativo y el Ejecutivo, qué deben hacer. Mi propósito es ilustrar acerca de lo que podemos hacer los jueces para garantizar que se enjuicie de manera justa a los acusados mientras se protege a la sociedad. Después de todo, como lo ilustran casos recientes muy notorios, nosotros los jueces y nuestras familias también somos víctimas del crimen.

Tenemos que comenzar aceptando la crítica bien intencionada. Atacar al mensajero o politizar este debate no conduce a nada productivo. Lo importante es qué estamos haciendo, qué debemos mantener y qué podemos mejorar.

Tampoco podemos olvidar que en ocasiones la Policía y los fiscales se equivocan. Por eso, parte central de nuestra labor es reconocer a cada acusado el disfrute de sus derechos. Nuestra función en el sistema de justicia penal es adjudicar de manera imparcial y sensible. Investigar es tarea de los policías y acusar le corresponde a los fiscales. Sin embargo, si vamos a ser sensibles de verdad, los jueces tenemos que considerar las consecuencias de nuestras decisiones no sólo para los acusados sino también para la sociedad de la que todos formamos parte.

Por eso, los jueces no podemos permitir que los abogados nos corran los calendarios. Me consta la preocupación al respecto de nuestro juez presidente, Federico Hernández Denton. No obstante, la realidad es que muchos jueces son muy condescendientes al evaluar si suspenden una vista. Entretanto, una minoría de los acusados, pequeña pero real, está delinquiendo...

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