A juicio por mordida a su pareja

Por Marga Pares Arroyo

Mpares@elnuevodia.com

La mujer fue acusada por infringir el artículo 3.2 de la Ley 54 de Violencia Doméstica, maltrato agravado y grave daño corporal.

Los hechos de este caso se discutieron en la tarde de ayer en ua audiencia que apenas duró una hora y que inicialmente se convocó para las 9:00 am. Fue pospuesta en tres ocasiones durante el día a petición del fiscal Sydney Barón, quien insistió en que la sala debía haber menos público ante el asunto delicado que se discutiría.

La sala 402 estuvo repleta ayer, con la presencia incluso de varios niños, ya que estaban en agenda varios casos en el tribunal.

Mientras esto ocurría, Méndez Valentín y Hernández García lucían serios y cabizbajos, especialmente cuando pasaban frente a los miembros de la prensa. Ambos, de hecho, se negaron a emitir declaraciones.

Méndez Valentín, quien portaba un grillete electrónico en el tobillo izquierdo, vestia una blusa negra, falda corta blanca y tacos. Hernández García, mientras tanto, vestía mahón, polo, tenis y un sombrero que se quitó al entrar a sala.

Durante la audiencia se ventilaron las dos versiones que detonaron la presunta agresión.

Por un lado, la mujer alega que lo mordió "en defensa propia" luego de que él la presionara e inmovilizara con su cuerpo y le golpeara el rostro insistentemente con sus partes íntimas intentando obligarla a sostener sexo oral. Por el otro, el hombre sostiene que el incidente ocurrió luego de sostener relaciones sexuales con ella en un ataque de celos pues, previo al contacto íntimo, él había mirado a otras mujeres horas antes mientras compartían en un establecimiento.

A preguntas del fiscal Barón, Hernández García comentó que, al momento de los hechos, en la noche del 11 de junio y madrugada del 12 de junio, él y Méndez Valentín habían sido pareja durante un año y cuatro meses y convivían en los bajos de una estructura donde, en los altos, vive su señora madre.

Esa noche, ambos salieron a compartir a un negocio cerca de su casa en Aguada llamado Riverside. Allí, ingirió bebidas alcohólicas y compartió con su pareja, conversando, escuchando música y jugando billar.

Admitió que en un momento de la noche su pareja le reclamó por estar mirando a cuatro féminas. Tras salir del local, tuvieron intimidad en su hogar. El hombre dijo que el acto fue...

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