La trivialización del karaoke

JORGE R. SCHMIDT NIETO

PROFESOR UNIVERSITARIO DE CIENCIAS POLÍTICAS Y AUTOR

Bares y restaurantes que utilizan música como parte del entretenimiento ya pagan un pequeño porcentaje para regalías de autor. Imaginemos un bar sin música. No habría comensales, ganancias ni el bar mismo. Los negocios utilizan la música como herramienta para generar ingresos. Tienen derecho a hacerlo. Pero deben reconocer que su lucro depende del uso de la música. La ley les obliga a pagar regalías por el uso de esa música para que los autores intelectuales de ese producto participen en alguna medida del lucro de sus creaciones. Lo contrario significaría que su trabajo se vendiera gratis. La jurisprudencia estadounidense ya ha adjudicado eso y se ha aplicado a pesar de las protestas de los dueños de negocios. ASCAP, ACEMLA y BMI son asociaciones de autores que promueven las leyes de propiedad intelectual y velan por su cumplimiento. También cobran regalías por ejecución y las distribuyen entre sus miembros; monitorean la radio, la televisión y otros medios para calcular aproximadamente cuantas veces salió al aire cada tema de cada socio. Los miembros de esas organizaciones incluyen tanto a artistas millonarios como a músicos...

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