“La gente se está muriendo”

GUAYAMA.- Son la otra cara de la lucha contra las cenizas. Entienden, respetan y apoyan a los manifestantes en Peñuelas, pero afirman que son ellos los que tienen “el problema 24 horas al día, siete días a la semana”.

Son los vecinos del barrio Puente Jobos, en este municipio, el más cercano a la cogeneradora AES Puerto Rico.

Cuentan historias de enfermedades, algunas catastróficas. “Asma”, “alergias”, “cáncer” y “quimioterapia” son las palabras que proliferan en sus relatos, que tienen un denominador común: “la carbonera”, como prefieren llamarle a la planta que produce el 17% de la energía en la isla.

“La comunidad está enferma. La gente se está muriendo. ¿A qué se lo atribuyo? A la contaminación ambiental que vivimos aquí desde hace años, primero con la petroquímica Phillips y, desde 2002, con la carbonera, que vino a profundizar el empobrecimiento de nuestra calidad de vida”, sostuvo Aldwin Colón, de 43 años, quien a los 39 fue diagnosticado con cáncer de riñón, “pero ahora lo tengo regado por todo el cuerpo”.

Colón es portavoz del grupo Comunidad Guayamesa Unidos por tu Salud, que reclama –con prioridad– que el gobierno realice un estudio epidemiológico en este pueblo para “confirmar” el origen de sus enfermedades. El reclamo va dirigido al Departamento de Salud, la Junta de Calidad Ambiental (JCA) y la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA).

“Nunca ha venido nadie a hacer un estudio; ni siquiera a preguntarnos si estamos bien”, lamentó Natividad Pérez, de 58 años y paciente de cáncer de pulmón e hígado. “Recientemente”, agregó, ha comenzado con lo que ella identifica como “problemas en la piel”, que le afectan la espalda, muslos, pecho y abdomen. “No se me alivia con nada”, dijo.

Benjamín Planas y Erasmo Cruz, ambos de 70 años, señalaron que la comunidad “vive esclavizada” de lo que, a su juicio, es polvo fugitivo de carbón y cenizas, sumado “al ruido y la peste” de AES Puerto Rico.

Planas recibió a El Nuevo Día en su hogar, en el sector Miramar, y pasó una servilleta limpia sobre la parte superior de unas cortinas verticales, recogiendo un polvo negro que, aseguró, “no es suciedad”.

“Esto es polvo fugitivo de carbón y cenizas de AES. Mi esposa y yo somos esclavos de la limpieza por culpa de AES, y esto es lo que nos causa problemas respiratorios”, aseveró.

Cruz, por su parte, dijo que “el polvorín se levanta desde que transportan el carbón desde el barco (en la bahía de Jobos) hasta la planta. Hay que vivir aquí para ver eso...

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