“La realidad asombra”

WASHINGTON.- Al cumplirse un año de su excarcelación, el ex prisionero político Oscar López Rivera dice aún sorprenderse del nivel de pobreza que encuentra al caminar por el Puerto Rico que desenmascaró el huracán María.

“Han sido 12 meses de ricas y buenas experiencias. Pero ha sido doloroso ver a Puerto Rico en las condiciones en que está. La realidad asombra y después del huracán María las condiciones han empeorado. No había visto la pobreza en Puerto Rico como se ha reflejado después del huracán”, indicó López Rivera, en una entrevista telefónica.

Mañana se cumple un año de la extinción de su sentencia, conmutada por el entonces presidente Barack Obama en enero de 2017, sujeto a que cumpliera cuatro meses más de cárcel.

Junto a representantes de la Agenda Puertorriqueña de Chicago, López Rivera –el último prisionero político independentista puertorriqueño de la Guerra Fría– tiene previsto celebrar el primer año de su excarcelación con un evento en Comerío.

López Rivera, de 75 años, estuvo 36 años en la cárcel después de haber sido convicto principalmente de conspiración sediciosa – bajo la teoría jurídica de que promovía el derrocamiento del gobierno de EE.UU., debido a su militancia en el grupo clandestino independentista Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), que reclamó la autoría de decenas de atentados, sobre todo, en la década de 1970.

A los atentados de las FALN, el FBI le atribuyó cinco muertes. Pero López Rivera –a quien el FBI nunca vinculó con alguno de los atentados– ha insistido en que “no tengo sangre en mis manos”.

Desde el 9 de febrero de 2017, los primeros tres meses bajo arresto domiciliario, vive en Santurce con su hija Clarisa.

Su rutina, dice, en algunas áreas no ha cambiado mucho. “Es una agenda bastante llena, como en la prisión”, sostuvo. Sigue levantándose cerca de las 4:00 a.m. para ejercitarse hasta por dos horas.

Pero, sin los muros de la cárcel, López Rivera dijo que pasa gran parte de su tiempo en comunidades desventajadas y ofreciendo conferencias.

A su hija, dijo, la ve poco en la semana, pues sostiene que ambos tienen largas jornadas.

Ha podido compartir con su nieta Karina, quien estudia para ser dentista, en viajes que ha dado California. “He tenido la oportunidad de estar con ella en dos ocasiones. Sigue estudiando y está bien entusiasmada”, dijo.

Desde la prisión, López Rivera escribió las “cartas a Karina”, que se publicaron entre 2013 y 2014 en El Nuevo Día. Como doctora, prevé que su nieta...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR