El lado más ingenuo del volcán
COQUI SANTALIZ
Especial para El Nuevo Día
Sus casitas parecen pintadas por duendes. Su figura parece pintada por radiaciones. A su espíritu sólo lo pinta ella. Isaura Mergal es una gran pintora y artista gráfica, que impuso su arte por encima de muchos dragones.
Cuando era niña y su padre, ebanista y hojalatero, salía, ella, veloz, agarraba las pinturas separadas para los carros y dibujaba coloridas jeringonzas en las paredes. Casi mujer, de Villa Palmeras aterrizó en el Viejo San Juan. Y se le pegó al maestro don Manuel Hernández Acevedo, quien no sólo le enseñó, sino que la compadreó y la bendijo.
De ahí, para la ingenuidad pictórica, (espontaneidad, independencia), cuya expresión artística le permitió destacar internacionalmente como una de las grandes en la pintura primitiva o "naif", estilo que la llevó a tener obra permanente en museos como el Louvre de París y, en Nueva York, en el Museo del Barrio y el Museo Metropolitano de Arte.
Entonces llegó Carlos Raquel Rivera, otro de sus maestros, de quien aprendió bellezas adversarias. Y se unió a Rafael Tufiño, Tony Maldonado, Rafael Rivera Rosa (con quien estuvo casada), Lorenzo Homar, Torres Martinó, José Rosa, Tony Martorell...
Primero en la polifacética División de Educación de la Comunidad y luego en el legendario Taller Bija, en cuyo renombrado portafolio "Viejo San Juan visto por los artistas puertorriqueños", participó, única mujer, ávida de más herramientas.
Pinta desde los comienzos de los años cincuenta (nació en 1942). Una galerista-marchante de arte (Hellen Santiago), se deslumbró con su obra y la llevó a exponer a la Galería Santiago del Viejo San Juan.
Con una mirada trastaller de asombro, recogiendo con visión de picardía lo que sobraba, para también hacer manualidades: pañuelos de seda con Tufiño, muñecas de trapo, cuadros hechos de pedazos de telas, trabajos en "papier maché", alambre, cerámicas, bordados, tejidos, botellas de cristal con paisajes de flores. Con los restos y, desde las espaldas, pequeña como es, pintó y pintó difundiendo fértilmente su obra por galerías y museos del patio y de varios países.
En 1992, tuvo una comentada participación en el Taller Internacional de Arte "Naif", en Santiago de Cuba. Darse a conocer desde atrás, como correr en un maratón para tropezar con la validez de su propio arte. Mas, por esas carreras encontró otra pasión y a otros maestros-poetas que igual la acogieron: poesía que junta en el color primario para rememorar la alegría de...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba