'Law and Order'

CARMEN DOLORES HERNÁNDEZ

ESCRITORA

La noción de "ley y orden" es inherentemente represiva: la imponen los más, los más fuertes y los "mejores". Los justicieros. Asociada con Ronald Reagan desde que éste hizo una película con ese título en 1953, en 1981 el vaquero cinematográfico tuvo a su disposición mucho más que una pistola para restablecer el orden que, según él y los suyos, obedecía al descontrol del sector liberal del país. Mano dura contra el crimen; dura contra los liberales que creían en los derechos civiles, que creían en los derechos, punto.

La noción de "estado de derecho" es diferente. La palabra "estado" connota estabilidad; es una manera de ser más que una acción. El derecho es una garantía para todos. Un estado de derecho surge de la constitución misma de un pueblo. Su constitución, si es moderna, garantiza los derechos que cobijan a todos los ciudadanos. La Dama Justicia, a diferencia de la voluble "donna mobile" de la opinión pública, permanece quieta y es ciega. La codificación de las leyes las inmuniza -se supone- contra la opinión pública. No es el revólver el que obra su justicia contundente, sino el proceso legal, prolongado y ponderado, pero también más preciso respecto a culpabilidades. Condenar a un individuo en el foro de la opinión pública es limitar fundamentalmente su derecho a un juicio justo e imparcial. Lo que es igual para todos no es ventaja para nadie.

Las dos nociones -la de ley y orden y la del estado de derecho- están presentes en nuestro imaginario colectivo. La una resulta más dramática. Viene avalada por toda una tradición literaria y cinematográfica que la ha sintetizado con la impredecible "ley del oeste" americano. También por las...

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