Lector y escritor: romance viento en popa
Por Tatiana Pérez Rivera
tperez@elnuevodia.com
Familias, estudiantes, universitarios y hasta jubilados felices rechazaron las tentaciones sabatinas de siempre para aprovechar la ininterrumpida agenda que ofrece la jornada. Ochenta autores -nuestros y extranjeros- participan de discusiones literarias y, de igual modo, conversaron con lectores. No faltó quien pidió dedicatoria para sus libros.
"No sabía qué esperar y me ha parecido muy bueno. Me sorprendió ver mucha juventud", señaló Alondra Cruz acompañada de su padre, José, y de su hermana Alina que aún conserva la emoción tras su encuentro con su autora favorita: la española Almudena Grandes. "Ella es tremenda", dice. Ayer esperaban para entrar al debate sobre "Guiones y adaptaciones de novelas al cine" en el que participarían Guillermo Arriaga, José Ignacio Valenzuela, Guillermo Martínez e Ignacio Martínez Pisón.
"Me encanta aquí, mucho más que en el Cuartel de Ballajá", asegura Ana Matos, quien asistió a las primeras dos ediciones celebradas en el edificio del Viejo San Juan. Aunque Basilia Encarnación ha disfrutado esta edición que le parece "excelente" sigue fiel a Ballajá. "Allá es mejor, encuentras más fácil los lugares de los talleres", opina la mujer.
Si la asistencia es un buen barómetro pues hay alegría entre las filas de los organizadores. "Esperamos sobre 9 mil visitantes, ese es el número mágico y vamos a llegar", declara Paxie Córdova Escalera, tesorero del Salón Literario Libro América, entidad gestora del encuentro internacional que ha recibido cobertura en diarios como "El País" español.
"Estamos bien contentos. El primer día vinieron 2,800 estudiantes y el segundo 1,500. Además, los escritores han ido a escuelas en la Isla y se coordinó para que los muchachos leyeran sus obras así que fue un encuentro bien positivo. Con los talleres del festival queremos desarrollar no solo escritores sino lectores", subraya Córdova.
Unas simples palabras pueden lograrlo. El escritor puertorriqueño Max Charriez relató que un estudiante de 14 años se le acercó y le preguntó qué le motivaba a escribir. Tras una respuesta filosófica el joven fue más preciso y le preguntó si era una necesidad. "Le dije que esa necesidad me obligaba a expresarme y me dijo, 'yo tengo muchas ideas en la mente para escribir'. Ese es el comienzo", vaticina Charriez.
Para Tina Casanova, galardonada autora boricua de literatura infantil, el que niños se acerquen a conocer quién escribió "Pepe Gorras", por ejemplo...
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