Letra muerta o letra viva

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

Esta ley fue enmendada en el 2004 para eliminar el término teatro, de manera que se pudiera integrar su alcance a cualquier forma de expresión artística que involucrara técnicas de actuación. De manera que, a partir de ese momento, se habla de la Ley de Actores de Puerto Rico, y por estas fechas hay quienes piden una nueva enmienda que elimine la colegiación compulsoria.

Se trata de una ley que ha sido cuestionada en multiplicidad de ocasiones por quienes consideran que es un absurdo regular desde un organismo del Estado quién ejerce o no una profesión en las artes (¿Había que hacer lo mismo para determinar quién es poeta o pintor?) y defendida con la misma intensidad por aquellos que aseguran que es el único mecanismo para defender al gremio actoral.

Sobre el primer punto bastaría repasar el trabajo teórico de figuras como Bertolt Brecht, Augusto Boal o Peter Brook, quien en su libro El espacio vacío define el teatro con una imagen sencilla: un hombre atraviesa un espacio vacío y alguien lo observa. A eso podría sumarse el uso del teatro para manifestaciones políticas y de protesta, entre infinidad de posibilidades. Y sobre el segundo punto, hay que recordar que esta ley no surgió en el vacío. Fueron muchos los actores y actrices que, en la búsqueda de una legitimación de su profesión, de la defensa del prestigio y ante las limitaciones que enfrentaban como la falta de seguros médicos, de vida, de incapacidad y otras relacionadas a las condiciones de empleo, apoyaron contundentemente la creación de esta institución en un contexto dentro del cual se buscaba distinguir la paja del grano, discernir entre quiénes eran los profesionales y quiénes no. Por ello, fueron buenas noticias en el 1986 cuando la entonces senadora Velda González presentó el Proyecto del Senado 844.

En su columna Vendas y vendavales, publicada en este diario y en el semanario Claridad en el 1990, la teatrera Rosa Luisa Márquez argumentó al respecto. "En el fondo hablamos de la libertad de expresión en el arte. El Colegio de Actores de Teatro, aunque pretenda ofrecerle un lugar de prestigio al actor, protegerle y brindarle beneficios, lo que hace en realidad es reducir aún más las limitadas posibilidades de expresión teatral en el país", lee el texto en el que señaló que hubo actos de intimidación e incluso amenaza de multa a productores y actores de cerrar espectáculos si no se colegiaban. También argumentó que son muchos los...

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