Leviatán

Manolo Núñez Negrón

Hay que tener, me parece, mucha fuerza en el rostro, o hay que lavarse la cara con "fregao", al decir de mi abuela, para defender, a estas alturas, la desregulación total de los mercados, la desaparición de los gobiernos y la intromisión indiscriminada del sector privado en asuntos de naturaleza colectiva. Resulta altamente preocupante, absurdo, que en los discursos que dominan la discusión pública se repita, sin cuestionarla, la falacia de que las empresas y los consorcios comerciales generan ahorros, riquezas y prosperidad, siempre y cuando se les deje existir en paz. Vade fisco.

Lo cierto es que, en medio de esta catástrofe económica, se está intentando trastornar el tipo de comunidad en la que hemos vivido desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Aquellas conquistas básicas que han garantizado por décadas un mínimo de sociabilidad están más amenazadas que nunca: la educación libre de costo, el derecho a la salud, los sistemas de retiro, los subsidios de alimentos y los beneficios laborales conseguidos a sangre y...

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