Sentencia de Tribunal Apelativo de 23 de Agosto de 2007, número de resolución KLAN0500133

EmisorTribunal Apelativo
Número de resoluciónKLAN0500133
Tipo de recursoApelación
Fecha de Resolución23 de Agosto de 2007

LEXTA20070823-02 Cardona Díaz v. Sepúlveda Abreu

ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO

EN EL TRIBUNAL DE APELACIONES

REGION JUDICIAL DE CAROLINA HUMACAO Y AIBONITO

PANEL XIII

RAQUEL CARMONA DÍAZ Y OTROS Apelantes v. RAMÓN SEPÚLVEDA ABREU Y OTROS Apelados KLAN0500133 APELACIÓN procedente del Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de Humacao Daños y Perjuicios (Impericia Profesión Médico) HSCI2002-00111 (207)

Panel integrado por su presidente, Juez Rivera Román y los Jueces Coll Martí y Soler Aquino.

Coll Martí, Jueza Ponente

SENTENCIA

En San Juan, Puerto Rico a 23 de agosto de 2007.

Acuden mediante recurso de Apelación Raquel Carmona

Díaz y sus hijas Raquel y Rosly

Rodríguez Carmona e impugnan una Sentencia en la que se desestimó una Demanda en Daños por impericia médica interpuesta por ellas.

Por las razones que a continuación expresamos, luego de examinada y evaluada toda la Transcripción, particularmente el Testimonio Pericial, es Tribunal hace sus propias determinaciones de hecho y REVOCA la Sentencia apelada. Veamos los hechos.

I

La Sra. Raquel

Carmona Díaz visitó el consultorio del Dr. Ramón Sepúlveda Abreu, urólogo, el 7 de febrero de 2001 con un historial de dolor abdominal para el cual había tomado analgésicos orales que no le aliviaron. Fue referida por su médico de cabecera a un ginecólogo, quien, a su vez, le recomendó que visitara a un urólogo. Llevaba consigo los resultados de un estudio radiológico del sistema urinario (“pielograma intravenoso”) que revelaba una piedra o cálculo renal de 7.0 x 5.0 milímetros en el uréter distal

izquierdo. El urólogo, doctor Sepúlveda, le informó que la única alternativa era la operación abierta invasiva

y la admitió inmediatamente para practicarle una ureterolitotomía

al día siguiente. El doctor Sepúlveda le indicó a la paciente, a preguntas de ella, que no era necesaria una segunda opinión médica. Se llevó a cabo la operación el 8 de febrero de 2001. Esta operación consiste en abrir una herida considerable en el abdomen, atravesar varios puntos anatómicos hasta llegar al uréter, sacar la piedra y dejar un drenaje. La recuperación toma aproximadamente seis semanas y la incomodidad y dolor postoperatorios son considerables. La paciente se sometió a este procedimiento altamente invasivo porque creyó que no tenía alternativas.

Inmediatamente, luego de la operación, la paciente comenzó a sentir un fuerte dolor en el área inmediata al abdomen donde se le hizo la incisión quirúrgica y al lado derecho, lado contrario al lado donde se le hizo la operación. Ante la magnitud del dolor que no cesaba y la fiebre, la paciente se negó en la mañana del 12 de febrero de 2001 a irse de alta, a pesar de que el doctor Sepúlveda, haciendo caso omiso de las protestas de la paciente y sus dos hijas, le dio de alta. El doctor Sepúlveda le dijo a la paciente que el dolor que ella sentía era al lado contrario donde él había operado y que consultara con otro médico porque ese dolor no tenía que ver con su operación.

La paciente llamó, entonces, a su médico de cabecera, el doctor Smith, quien, a su vez, consultó con el cirujano doctor Sotomayor, quien ordenó un CT Scan

pélvico. Este examen detectó que la señora Carmona

tenía, en efecto, un urinoma o colección de orina cubierta de tejido, sangre y células blancas que se coagulan y forman una cápsula. Esto le causaba el intenso dolor en el lado derecho.

El doctor Sepúlveda tuvo que cancelar el alta y proceder a insertar un catéter. Durante varios días la paciente continuó con intenso dolor y fiebre sin poder dormir. Para el 15 de febrero de 2001, aún con fiebre, se le hizo un segundo estudio radiológico del abdomen que reveló una dilatación del riñón izquierdo, hubo que intervenir con el mismo y colocarle un catéter conectando el riñón a una bolsa plástica externa al cuerpo. Estuvo en esa condición hasta el 20 de febrero, cuando, ya afebril, se le quitó el catéter y el plástico. Fue dada entonces de alta con instrucciones de regresar en una semana. Así lo hizo y en esa cita indicó que se encontraba bien. Se le indicó que tenía una cita en seis semanas. La paciente no acudió a esa segunda cita. En octubre de 2001 visitó a otro urólogo, el Dr. Renán

  1. Dieppa, para evaluación urológica. El doctor Dieppa descubrió que la paciente tenía ahora el uréter izquierdo “lateralizado” (lanzado hacia un lado, en forma horizontal) y el riñón dilatado. Le inserta una sonda uretral interna (llamado “double

    J”) y la mantuvo por varios meses, pero ésta no resultó en mejoría alguna para la condición.

    El 18 de octubre de 2001 y bajo anestesia espinal, el doctor Dieppa le practicó una cistoscopía e hizo una cauterización uretral. Concluye que el uréter se afectó como consecuencia del urinoma

    formado después de la operación y que no tenía mucha irrigación sanguínea. Durante seis meses estuvo bajo estrecha supervisión médica y se le realizaron laboratorios. Aun así, el 11 de abril de 2002 fue necesario admitirla al Hospital Auxilio Mutuo para removerle una obstrucción en el uréter izquierdo que le causaba estrechez.

    El 27 de junio de 2002 el doctor Dieppa le practicó una cirugía exploratoria en la que descubrió que el uréter estaba lateralizado

    de tal forma que formaba una angulación de 90 grados. Cortó una sección del uréter y lo reimplantó en la vejiga. La paciente estuvo hospitalizada seis días, quedó con dos drenajes esta vez, uno para recoger la sangre y otro para la orina y tenía 25 puntos nuevos con una herida desde el ombligo hasta el área púbica. Se le colocó otra vez un catéter en el riñón izquierdo y una bolsa plástica adherida al cuerpo. A mediados de diciembre de 2002 el doctor Dieppa le reemplazó totalmente el uréter izquierdo con un segmento de intestino. En esa ocasión estuvo nueve días en el hospital y quedó con 40 puntos desde el tórax al área pélvica. Esa Navidad de 2002 la pasó angustiada por el dolor, las incomodidades de un tubo nasogástrico y deprimida. El 31 de diciembre de 2002 el doctor Dieppa le quitó el “folley”, tenía ardor y dolor descrito como insoportable. Le quitó la mitad de los puntos y le removió los puntos restantes el 9 de enero de 2003. Todo movimiento le causaba sufrimiento, no podía evacuar ni orinar bien, sus hijas tenían que asearla y continuó en tratamiento con el doctor Dieppa

    hasta que mejoró.

    El Tribunal de Primera Instancia desestimó la Demanda por impericia médica presentada. Las demandantes apelantes acuden ante nos y señalan tres errores, a saber, que erró al resolver que el procedimiento utilizado se ajustó a las mejores normas de la profesión médica, que erró al resolver que la decisión del demandado apelado no causó la estrechez ni causó que la paciente tuviera que ser sometida a múltiples procedimientos adicionales innecesarios ni causó el urinoma y que erró al desestimar la reclamación de las demandantes apelantes bajo la teoría del consentimiento informado, a pesar de que el médico no lo obtuvo.

    La prueba de las demandantes apelantes consistió en los testimonios del Dr. Renán

  2. Dieppa, Dr. Melvin A. Mackler y las señoras Raquel Carmona, Raquel y Rosly Rodríguez Carmona. La prueba del demandado apelado consistió del testimonio del Dr. Roberto Fortuño y del propio demandado apelado, Dr. Ramón Sepúlveda Abreu.

    La Prueba Pericial

    Dr. Renán A. Dieppa Álvarez

    El Dr. Renán

  3. Dieppa Álvarez, perito de ocurrencia graduado de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico en el 1973 y acreditado como urólogo por el American Board

    of Urology en 1981, hizo su especialidad en Urología en la Universidad de Harvard

    en Boston y ejerce como urólogo para lo cual mantiene un consultorio privado desde hace 24 años. Es urólogo en el Hospital Auxilio Mutuo y Jefe de Urología Pediátrica en el Hospital San Jorge. El doctor Dieppa declaró, como perito de ocurrencia, sobre el tratamiento médico que brindó a la paciente. Declaró que la Sra.

    Raquel Carmona apareció en su oficina el 3 de octubre de 2001. Había tenido una cirugía y fue a consultarse con él porque no estaba orinando bien: “Se revisaron, entonces, todas las placas que me trajo y encontré que inicialmente no había ... por lo que pude ver en las placas, una cirugía de inmediato indicada. El uréter izquierdo estaba ahora lateralizado, cuando estaba en su posición normal antes de la cirugía ... cuando vi la secuencia de las placas no entendía por qué le hicieron una cirugía de inmediato, la emergencia que se había indicado para operarla, y como resultado, después de la cirugía, el conducto que baja del riñón, que se llama el uréter, estaba bien lateralizado en vez de recto como estaba anterior a la cirugía. - ¿Y que ... cuando ese conducto está lateralizado, qué significa eso? – Que en vez de estar en su posición normal cerca del centro del cuerpo, está hacia la parte de afuera de la pelvis, hacia la pelvis. –

    Tenía ... tenía dilatación de ese riñón .... Entonces, no ... nunca vi un resultado con un uréter así, lateralizado, anteriormente. - ¿Nunca lo había visto? – No, señor.”

    Luego del examen de la paciente y de las placas que ésta le llevó, hizo dos diagnósticos. “Diagnóstico número uno, urolitiasis, que son cálculos de vía urinaria. - ¿Y el número dos? - Número dos, que veía que en la secuencia de placas que se habían traído el resultado era inaceptable después de una uretherolithotomy. – ¿El segundo diagnóstico es como consecuencia de las placas? – De la evaluación de las placas. Bueno, de todo lo que trajo la cirugía, sí, y después .... Si estaba normal el uréter antes de una cirugía, a pesar de tener un cálculo, debería estar en su curso normal luego de una cirugía. Yo no entendía como eso llegó a ese .... Nunca había visto una cosa igual .... Sí, yo no entendía cómo eso llegó a estar tan lateralizado

    como lo encontré en las placas. Y no me explicaba por qué .... Inicialmente en ese momento .... Bueno, que cuando uno opera una piedra en un tracto urinario, pueden haber complicaciones. Pero uno que tenga esa...

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