Sentencia de Tribunal Apelativo de 27 de Febrero de 2009, número de resolución KLAN0800400
| Emisor | Tribunal Apelativo |
| Número de resolución | KLAN0800400 |
| Tipo de recurso | Apelación |
| Fecha de Resolución | 27 de Febrero de 2009 |
Estado Libre Asociado de Puerto Rico
| EL PUEBLO DE PUERTO RICO Apelado v. HERIBERTO CRUZ TORRES Apelante | | Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia Sala de Ponce Criminal núms. JVI2003-G-0113 JLA2003-G-0539-0540 Asesinato en Primer Grado, Art. 6, 8 y 32 Ley de Armas |
Panel integrado por su presidente, el juez Rivera Martínez, el juez Colón Birriel
y la juez Jiménez Velázquez.
Rivera Martínez, Juez Ponente
SENTENCIA
En San Juan, Puerto Rico, a 27 de febrero de 2009.
El 13 de marzo de 2008 el señor Heriberto Cruz Torres (en adelante apelante) presentó un recurso de apelación en el que solicita la revocación de la sentencia impuesta el 29 de febrero de 2008 por el Tribunal de Primera Instancia, Sala de Ponce, en los casos JVI2003G0113, JLA2003G0539-0540 y JLA2000M0137. En este caso, luego del juicio por jurado, el apelante fue declarado culpable y sentenciado a pena de reclusión por más de 100 años por los delitos de artículo 83 del Código Penal de 1974, 33 L.P.R.A. sec. 4002, artículos 6, 8 y 32B de la Ley de Armas, 25 L.P.R.A sec. 416, 418 y 442.
Luego de varios trámites procesales, el caso quedó perfeccionado el 16 de diciembre de 2008 con el alegato del Procurador General. Evaluados los alegatos presentados, los autos originales, la evidencia admitida, la transcripción del juicio, el derecho y la jurisprudencia aplicable, procedemos a confirmar la sentencia apelada.
En el juicio del caso el Ministerio Público presentó los testimonios del agente Félix Meléndez Pacheco, agente Víctor M. Iglesias Moreno, Valerie Correa Padilla, Rafael Rosado Rivera, Rina
Tejeda Checo y de la Dra. Aida
Luz Rodríguez Morales. Por su parte, la defensa presentó los testimonios del sargento Dionisio Morales Montalvo
y de Ricardo Cruz Torres. Conforme se desprende de la transcripción del juicio, la prueba presentada consistió en lo siguiente:
Agente Félix Meléndez Pacheco
Declaró que trabaja para la Policía de Puerto Rico desde el 1 de mayo de 1980 en la Unidad de Servicios Técnicos. Indicó que dicha Unidad era una de apoyo en las investigaciones criminales que específicamente realiza levantamiento de huellas y evidencia y toma fotografías. En casos de asesinato van a las escenas y dan apoyo técnico a la División de Homicidios. Para el 17 de abril de 2000 lo llamaron de Radio Comandancia para que se comunicara con el agente Víctor Iglesias, ya que había surgido un tiroteo en el Distrito de Peñuelas. Le indicaron que fuera a la Comandancia para que en unión a dicho agente pasara al lugar del tiroteo.
Luego de acudir a la Comandancia y reunirse con el agente Víctor Iglesias, se dirigieron hacia el Barrio Jagua de Peñuelas, específicamente a un negocio llamado Patria Mía.
Llegaron como a las 2:30 de la mañana. El negocio estaba cerrado, no habían personas allí y la iluminación era bastante oscura. Buscaron evidencia relacionada con un tiroteo para identificar posibles fragmentos de bala, casquillos e impactos. Procedió a identificar los casquillos que se encontraron en la escena y el plomo. Se fotografió posteriormente, incluyendo unos impactos de bala que habían en una pared y en la ventana. Tomó alrededor de 35 fotos. Además de tomar fotografías se recopilaron 9 casquillos de bala 9 milímetros y un proyectil de bala disparado. Indicó que la evidencia fue ocupada por él y que la mantuvo bajo su control. La identificó poniéndole las iniciales y, posteriormente, el 26 de abril la llevó al Instituto de Ciencias Forenses para análisis. Allí la recibió la técnico Vilma Díaz, quien le otorgó un recibo. La evidencia recopilada la llevó en específico a la sección de armas de fuego del Instituto de Ciencias Forenses. Posteriormente, el 7 de marzo de 2007, la evidencia le fue entregada mediante recibo por la Fiscalía para ser llevada nuevamente al Instituto de Ciencias Forenses para ser comparada con un arma de fuego.
Manifestó que el día de los hechos se le informó que en el negocio Patria Mía había una persona herida que se encontraba en el Hospital Tito Matei, en el área de Yauco. Posterior a haber ido a la escena, fue al Hospital Tito Matei
y ya había fallecido la persona herida relacionada a los hechos en Peñuelas, por lo que en unión al agente Víctor Iglesias y a la fiscal asignada procedieron a verificar el cadáver. Vieron la vestimenta que poseía y las heridas que tenía en su cuerpo para ser fotografiadas. Para el trabajo fotográfico utilizaron la forma PPR-385. Indicó que dicha forma tiene un sinnúmero de datos, entre los que están el número de querella, caso, fecha de los hechos, el agente que solicitó el servicio, el lugar de los hechos, una breve descripción de los hechos del caso y la firma. Manifestó que fue él quien llevó la forma PPR-385. Que de las fotos tomadas en el área, entre otros, se desprende un impacto de bala en una ventana y un impacto de bala en una pared, pero no puede asegurar si esos dos impactos fueron hechos por disparos de una misma arma. No recuerda si en el hospital vio al padre del occiso, don Rafael, porque en ese momento desconocía quién era el padre.
Agente Víctor M. Iglesias Moreno
Declaró que actualmente trabaja con Droga Federal para la Policía de Puerto Rico. Para el 2000 trabajaba para la División de Homicidios, Ponce. Indicó que para aquel entonces se utilizaba a Servicios Técnicos para efectos de perpetuar la escena, por cuestión de fotografías, huellas y la recolección de evidencia. Para el 17 de abril de 2000 se encontraba de turno on call. A eso de la 1:30 de la mañana fue notificado por Radio Comandancia que había un suceso violento en el área de Peñuelas y que una persona había perdido la vida y se encontraba en el Hospital Bella Vista de Yauco. Inmediatamente le indicó al Radio Operador que se comunicara con la fiscal de turno y con Servicios Técnicos para encontrarse en la Comandancia de Ponce y, si era posible, salir hacia el área todos juntos. Indicó que en esa ocasión el agente de Servicios Técnicos que le iba a dar apoyo era el agente Félix Meléndez.
Declaró que el lugar de la escena era un negocio que en ese momento se encontraba cerrado. Manifestó que el área tenía un poste al frente y la luz era regular. Estaba completamente vacío en aquel momento, solamente habían unos policías que habían cubierto la escena en lo que ellos llegaban. En el lugar había 9 casquillos de bala, los que fueron rotulados. En la pared lado este del negocio Patria Mía se podía observar que había varios impactos de bala, eran 3 y había uno en una ventana de cristal. En el área del portón del negocio había un charco de sangre. Se notificó que los hechos ocurrieron de afuera hacia adentro. Manifestó que el compañero Félix Meléndez retrató cada uno de esos casquillos y cada uno de los impactos de bala que había en la pared y se hizo un croquis en ese momento. Luego de eso, en la oficina, el croquis crudo se pasó a uno más elaborado, más detallado. También midieron la distancia que había entre los casquillos de bala utilizando un punto fijo, al igual que los retratos del área completa. Manifestó que luego de que está todo retratado se procede a recolectar la evidencia y llevarla al Instituto de Ciencias Forenses donde va a ser analizada.
Declaró que al llegar al lugar de la escena habían varios policías municipales. Uno de ellos le indicó que habían sido los primeros que llegaron al lugar. También se encontraban allí uno o dos policías estatales resguardando el lugar de la escena. Posterior a trabajar la escena se dirigieron al Hospital Bella Vista de Yauco, específicamente al área de la sala de emergencias, donde procedieron a entrevistar al médico y al teniente Dennis Orengo. Indicó que habían bastantes oficiales de la Policía en el lugar. Allí les indicaron que había una persona que tenía un Champ color rojo, que fue la que lo llevó al hospital, a quien entrevistaron. Dicha persona les indicó que se encontraba en el lugar de los hechos al momento de ocurrir el evento y que luego de ver el muchacho herido lo transportó hasta el Hospital Bella Vista para que le dieran los primeros auxilios. Además de dicha persona, entrevistaron al señor Rafael Rosado, padre del occiso Rafael Rosado Santiago. Manifestó el agente que el señor Rosado se encontraba bastante alterado, confuso con la situación y le indicó que hablaría con ellos pero que en ese momento no podía hacerlo; que le dieran espacio con relación a enterrar a su hijo y que luego hablaría con él del caso. Indicó el agente Iglesias que en su experiencia trabajando en escenas de asesinatos, la manera de actuar de cada padre que pierde un hijo o cada familiar, no tiene una regla general. Que cada cual tiene su reacción propia y que era algo muy personal de cada ser humano. Que en ese momento lo que él indicó fue que él iba a hablar con ellos tan pronto enterrase a su hijo, que le dieran espacio suficiente para salir de la crisis y poder enterrar a su hijo en paz.
Declaró el agente Iglesias que en el Hospital Bella Vista había una dama y que realmente le preguntó por encima, que a penas dio información. Dijo que no sabía nada y permaneció llorando, estaba histérica, en una condición bastante crítica. Manifestó que esa madrugada cuando habló con el padre del occiso en la primera ocasión, éste le dijo que estaba en el lugar de los hechos, que su hijo estaba hablando con dos muchachos y de momento estaban discutiendo. El no les hizo caso porque pensó que eran cosas de muchachos. Dijo que de momento vio una tercera persona que venía corriendo haciéndole disparos a su hijo. Que su hijo trató de correr, que encontró el portón del negocio cerrado y, entonces, surgieron las heridas de bala. Manifestó el agente que en varias ocasiones le enfatizó al señor que si podía identificar las personas que estuvieron envueltas en el asunto y éste le dijo que había una persona alta y los otros dos no...
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