Sentencia de Tribunal Apelativo de 24 de Febrero de 2015, número de resolución KLAN2012-01621
| Emisor | Tribunal Apelativo |
| Número de resolución | KLAN2012-01621 |
| Tipo de recurso | Apelación |
| Fecha de Resolución | 24 de Febrero de 2015 |
| El Pueblo de Puerto Rico | | Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia Sala de Carolina Caso Núm.: F BD2011G0324, F BD2011G0325, FBD2011G0326 F LA2011G0472 F BD2011G0321, F BD2011G0322, F BD2011G0323 F LA2011G0407 Art. 198 (3er Grado) (2 Cargos) Art. 204 C.P. (3er Grado), Art. 5.04 L.A. |
Panel integrado por su presidente, el Juez González Vargas, el Juez Brau Ramírez y el Juez Candelaria Rosa1.
Brau Ramírez, Juez Ponente
SENTENCIA
En San Juan, Puerto Rico, a 24 de febrero de 2015.
Por hechos ocurridos en Trujillo Alto en la noche del 9 de diciembre de 2010, los apelantes Luis Santos Ortiz y Nelson Morales Ortiz fueron acusados ante el Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de Carolina, por los delitos de robo, 33 L.P.R.A. sec. 4826, escalamiento, 33 L.P.R.A. sec. 4831 y por infracción a los artículos 5.04 y 5.15 de la Ley de Armas, 25 L.P.R.A. secs. 458c y 458n, por, respectivamente posesión ilegal de un arma de fuego y apuntar un arma. A los apelantes se les imputó haber asaltado el negocio Bar Soto ubicado en el Barrio La Gloria de Trujillo Alto.
El negocio en cuestión pertenece al Sr. Jorge Salinas Dones, quien reside en la segunda planta del Bar. El establecimiento tiene una barra, billar y un área de almacén. Tiene dos puertas de entrada. Los empleados atienden desde la parte de atrás de un mostrador, el que queda separado del público y al que se accede mediante una puerta lateral.
La noche de los hechos, el Sr. Salinas estaba en Mayagüez. El negocio era atendido por dos empleadas, Maribel Brown y Nayhomi Polanco Arias. Había varios parroquianos presentes, entre ellos el Sr. Vidal Navarro Adorno y el Sr. Carlos Díaz Aponte. A las 8:28 p.m., entraron dos individuos al negocio y perpetraron un asalto.
El asalto ocurrió con rapidez y duró menos de un minuto. Los asaltantes eran jóvenes. Uno de ellos era flaco y tenía barba. El otro era más grueso. Ambos vestían mahonés y camisetas negras y tenían gorras sobre su cabeza. El más flaco tenía un arma en su mano. Los asaltantes entraron al área detrás del mostrador del negocio, y se apropiaron de aproximadamente $1,000.00 dólares en efectivo que había en la caja registradora. También le arrancaron una cadena de oro al testigo Carlos Díaz y le llevaron la cartera que él tenía en el bolsillo de atrás de su pantalón.
La testigo Nayhomi Polanco declaró que el asaltante más flaco le apuntó en la cara a ella con el arma y le dijo que se arrodillara. Esta versión fue repetida por la testigo Maribel Brown.
Luego de apropiarse del dinero y de la cadena del Sr. Díaz, los asaltantes se marcharon corriendo por una puerta distinta a la que habían entrado. Las empleadas llamaron a la Policía y al dueño del negocio.
El Bar Soto tiene cámaras de seguridad. El negocio cuenta con ocho cámaras de baja definición, ubicadas en distintos puntos. El asalto apareció grabado en cuatro de ellas.2
Al ser informado del asalto el Sr. Salinas revisó la grabación. Las cámaras muestran a los asaltantes. La baja definición de la grabación no permite que se identifique con claridad a las personas, si bien permite que se aprecien algunos de sus rasgos.
La grabación refleja que el asaltante más flaco tenía un arma en su mano, la que mantuvo baja en todo momento, sin apuntarla a ninguna persona. El asaltante más gordo aparece tomando el dinero de la caja y quitándole la cadena y la cartera al Sr. Díaz. El asaltante usó su mano izquierda.3
El Sr. Salinas posteriormente hizo una compilación de las cuatro grabaciones de las cámaras que habían captado en el asalto y las reprodujo en un pen drive, que entregó a la Policía.
En respuesta a la llamada realizada por las empleadas, compareció al negocio el agente Miguel Guadalupe Padilla, quien realizó una primera entrevista a los testigos. Los testigos le brindaron al agente una descripción de los asaltantes, indicando que uno era flaco y el otro más corpulento. No surge de las notas tomadas por el agente esa noche, que los testigos le hubieran indicado que conocían a los asaltantes. Los testigos informaron que los asaltantes se habían marchado en un automóvil grande (un LTD). El agente Guadalupe notificó por radio la descripción de los asaltantes. Los testigos se dirigieron entonces al cuartel de la Policía de Trujillo Alto para prestar su declaración.
Esa noche, a las 9:32 p.m., el Policía Municipal Carlos Monge detuvo frente al terminal de carros públicos de Trujillo Alto a un vehículo Grand Marquis, parecido a un LTD, que tenía tintes oscuros. En el vehículo viajaban los dos apelantes.
Los dos apelantes son primos. No existe controversia en que su físico es parecido al de los dos asaltantes del Bar Soto. El apelante Nelson Morales Ortiz es flaco y tiene barba. El apelante Luis Santos Ortiz es más grueso. Los apelantes no estaban vestidos como los asaltantes. El apelante Nelson Morales tenía un mahón y una camisa roja. El apelante Luis Santos vestía pantalón corto azul y una camisa blanca. Al momento de su detención, estaban tranquilos.
El apelante Nelson Morales reside en el Barrio La Gloria en la misma calle del negocio Bar Soto. Durante el juicio, el apelante declaró que, esa noche, él había ido a casa de su tía en Carolina, donde recogió a su primo. El apelante explicó que la esposa de él tenía pautada para el próximo día una operación de cesárea para el nacimiento de su hija.
El lugar donde se detuvo a los apelantes está cercano al cuartel de la Policía de Trujillo Alto. Al pasar por el área en dirección al cuartel, la testigo Maribel Brown Mota observó a los apelantes, que estaban detenidos en la calle al lado del Gran Marquis de ellos. La testigo indicó que el apelante Nelson Morales era la persona que ella había identificado como el asaltante más flaco. La testigo le brindó esta información a la Policía.
Los agentes procedieron a arrestar a los apelantes y a ocupar su vehículo. Aunque su descripción era parecida a la de los asaltantes, los apelantes, según mencionado, estaban vestidos de manera distinta. En su vehículo no se ocupó dinero ni ningún arma de fuego. Tampoco se ocupó la cadena que le había sido robada al Sr. Díaz.
Al día siguiente, los agentes del Orden Público realizaron una rueda de detenidos.
En la rueda del apelante Nelson Morales, los agentes emplearon papel carbón para dibujarle una barba a los participantes que no la tenían. La fotografía de la rueda demuestra que esta gestión logró que los participantes mostraran una apariencia uniforme, sin que se notara a distancia la diferencia con una barba verdadera. Los testigos Maribel Brown, Nayhomi Polanco y Carlos Díaz participaron en la rueda. Los tres identificaron a los dos apelantes como los asaltantes.
La Policía tomó fotografías de la rueda de detenidos. La fotografía del apelante Nelson Morales refleja que éste es una persona delgada con una barba que cubre el borde de su cara, pero no se adentra mucho hacía sus pómulos. Además, la barba cubre su mentón de forma abundante, desde la parte inferior de su boca hasta el límite de su barbilla. Igualmente, exhibe un área clara en el lado izquierdo de su cara.
La fotografía del apelante Luis Santos muestra a una persona más gruesa, de tez trigueña. La fotografía de fichaje de dicho apelante refleja que éste tenía el pelo rapado en la parte de atrás de la cabeza. El apelante tenía una barba pequeña tipo chiva que le cubría el área del mentón. Es importante señalar que el apelante tiene un tatuaje en forma de araña en la parte posterior de su brazo derecho. El tatuaje queda cerca del codo y es relativamente grande (3 o 4 pulgadas). Resulta ser una señal prominente.
A base de la identificación realizada en la rueda de detenidos, el Ministerio Público sometió acusaciones contra los apelantes por los delitos mencionados.
En esta etapa, varios de los testigos indicaron que ellos conocían previamente a los apelantes. La testigo Maribel Brown Mota declaró que ella conocía de vista a Nelson Morales porque le había despachado cigarrillos en el negocio en varias ocasiones antes de los hechos. El Sr. Salinas también declaró que sus empleadas le dijeron que el asaltante había sido el muchacho de la barba, el que...
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