Sentencia de Tribunal Apelativo de 23 de Febrero de 2016, número de resolución KLAN2013-00397

EmisorTribunal Apelativo
Número de resoluciónKLAN2013-00397
Tipo de recursoApelación
Fecha de Resolución23 de Febrero de 2016

LEXTA20160223-001 Pueblo de PR v. Aldiva Soto

ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO

TRIBUNAL DE APELACIONES

REGIÓN JUDICIAL DE ARECIBO

PANEL ESPECIAL

El Pueblo de Puerto Rico
Apelado
v.
Alexis Aldiva Soto
Apelante
KLAN2013-00397
Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia Sala de Arecibo (301) Caso Núm.: CVI2012G0029 Sobre: Art. 106 (B) CP

Panel integrado por su presidenta, la Jueza Cintrón Cintrón, la Jueza Nieves Figueroa y el Juez Brau Ramírez1

Brau Ramírez, Juez Ponente

SENTENCIA

En San Juan, Puerto Rico, a 23 de febrero de 2016.

-I-

Por hechos ocurridos en el Barrio Ciénaga de Camuy en la noche del 30 de noviembre de 2009, el apelante Alexis Aldiva Soto fue acusado por los delitos de asesinato en primer grado, en su modalidad estatutaria, 33 L.P.R.A. sec.

4734(b); agresión grave, 33 L.P.R.A. sec. 4750; robo agravado, 33 L.P.R.A. sec.

4827; conspiración, 33 L.P.R.A. sec. 4877 y portación ilegal de un arma de fuego, 25 L.P.R.A. sec. 458c.

Al apelante se le imputó que actuando en concierto y común acuerdo con otros tres individuos (Pedro Valentín Cabán, Kevin Morales Román y Jonathan Rodríguez Ocasio) penetraron a la residencia de Jovino y Ana Martínez Marrero, ambos personas ancianas, con el propósito de realizar un robo a mano armada. Durante el robo, los asaltantes agredieron a los ancianos y los amordazaron. La mordaza ocasionó la muerte por asfixia a Ana Martínez Marrero.

El récord refleja que la idea de la comisión del robo provino del Sr. Pedro Centeno Correa, alias “Pedro el Gordo”. Previo a los hechos del caso, el Sr.

Centeno residía con su abuela en el sector Plazuela de Camuy. Centeno no trabajaba y dependía del dinero que recibía su abuela del seguro social.2

Centeno y su abuela eran vecinos de una sobrina de las víctimas, Iza Martínez Vidot. Las casas quedaban muy contiguas y Centeno podía escuchar las conversaciones telefónicas de la sobrina de las víctimas. En más de una ocasión, Centeno la escuchó hacer referencia a unos tíos suyos tenían mucho dinero guardado en su casa, el que colocaban en el interior de un mattress de cama. En otra ocasión, el Sr. Centeno escuchó a Iza referir que su tía había perdido una cartera con $7,000 u $8,000.

El récord también hace referencia a que en otra ocasión, Iza le brindó transportación a Centeno en su vehículo, acompañada por otra persona.

Iza conversaba con la otra persona y Centeno iba en la parte de atrás. Escuchó a Iza aclarar que los $7,000 u $8,000 de los que había oído hablar pertenecían a los hermanos Martínez. El Sr. Centeno conocía a los hermanos, sabía que ellos eran ancianos y conocía dónde vivían.

Luego de varios meses, el Sr. Centeno y su abuela se mudaron al barrio Zanjas, donde alquilaron una casa. La abuela de él falleció poco después. Al fallecer su abuela, Centeno se quedó sin dinero para pagar la renta. Le pidió a la dueña de la casa que le permitiera quedarse durmiendo en el área de marquesina y ella asintió. El ponía sábanas para taparse y dormía en la marquesina. Para subsistir, comenzó a vender marihuana.3 Según su declaración, Centeno almacenaba la droga en un hueco en un árbol. En una ocasión se la robaron. Él estaba en mala situación económica. Empezó a limpiar establos y patios.

Debido a su problema de falta de ingresos, Centeno empezó a considerar que podía asaltar a los hermanos Martínez. Centeno le propuso el robo a algunos individuos que él conocía de la venta de drogas que él sabía se dedicaban a asaltar, pero no estuvieron interesados.

Eventualmente, Centeno conversó con Pedro Valentín Caban, conocido como “Pedro Emergencia”. Centeno le propuso a Valentín cometer un asalto en la casa de los hermanos Martínez indicándole que sería un “palo fácil” porque ellos eran ancianos.

Valentín se mostró interesado y regresó con el apelante, quien también se mostró interesado en participar. Más tarde se les unió un cuarto individuo de nombre Kelvin Morales Román, conocido por “Cotto”.4

Se pusieron de acuerdo para realizar el asalto en la noche del 29 de noviembre de 2009. Esa tarde, el grupo recogió a Centeno para ir a ver el lugar. Iban en un vehículo Tercel perteneciente a Valentín. Fumaban marihuana.

Centeno les enseñó la casa de los hermanos Martínez, la que quedaba en un sector rural del Barrio Ciénaga de Camuy al lado de un camino de tierra pedregoso y cerca de una concretera (ATG Concrete). Les dijo que los ancianos tenían $20,000 en la casa.

Durante el trayecto de vuelta, Valentín sacó un arma de fuego de debajo del asiento y dijo que él estaba dispuesto a irse “hasta abajo”, indicando que él estaba en disposición de matar a los Martínez. A Centeno le dio miedo, porque aunque él vendía drogas, nunca había participado en un asalto ni había matado a nadie. Les dijo a los demás que él no iba a participar y que buscaran a otra persona. Centeno le entregó al apelante unos guantes que él había llevado. Les pidió que si llevaban a cabo el asalto, le dieran a él $2,000 o $3,000.

Ante la retirada de Centeno, buscaron a Jonathan Rodríguez Ocasio, quien era cuñado de Valentín. Rodríguez aceptó en participar. Trajo una guagua Mazda 323 roja que tenía la pintura del parachoques descascarada.

El grupo se vistió de negro y taparon sus caras con máscaras o con camisetas. Salieron para la casa de los hermanos Martínez como a las 5:00 a.m.

del 29 de noviembre de 2009. Se estacionaron en reversa cerca de la entrada de la concretera. Cruzaron por unas matas de guineo que había en el lugar y se sentaron en el piso en un hueco entre el balcón de la casa y la escalera, esperando a que los ancianos se levantaran. Cerca de las 6:00, cuando el Sr. Jovino Martínez se levantó y abrió la puerta. El apelante lo agarró por los hombros y lo tiró al piso dentro de la casa, en el área de la sala. Ellos entraron. El Sr. Martínez empezó a gritar y a forcejear. Rodríguez ayudó al apelante a sujetarlo. Le taparon la boca y le dijeron que solo querían el dinero. En ese momento, se despertó doña Ana Martínez y salió a la sala. Morales la aguantó.

Ella forcejeaba.

El apelante y Rodríguez golpearon al Sr. Martínez, lo amarraron de pies y manos y lo amordazaron. Cuando terminó con el Sr. Martínez, Rodríguez ayudó a Morales a amarrar a la señora. La amarraron al igual que a su hermano, le pusieron un paño en la boca y la amordazaron. El grupo empezó a buscar por toda la casa, pero no encontraron el dinero que les había dicho Pedro Centeno.

Buscaron en un agujero que había en el mattress, por la ropa, en las cajas, en un closet pequeño que había, dentro de las cajas de galleta, pero no encontraron más dinero.

Durante la búsqueda, el apelante salió a la sala y vio que la señora Martínez estaba convulsando y botando espuma por la boca. Se asustó y buscó a los otros. Al volver a la sala, se dieron...

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