Sentencia de Tribunal Apelativo de 29 de Agosto de 2018, número de resolución KLAN201700709
| Emisor | Tribunal Apelativo |
| Número de resolución | KLAN201700709 |
| Tipo de recurso | Apelación |
| Fecha de Resolución | 29 de Agosto de 2018 |
LEXTA20180829-011 - Andrea Cortes Feliciano v.
Supermercados Selectos De Moca
| ANDREA CORTÉS FELICIANO; ANA AWILDA RIVERA CORTÉS; JOSÉ ANTONIO RIVERA CORTÉS; ÁNGEL ANTONIO RIVERA CORTÉS; LUIS ÁNGEL RIVERA CORTÉS | | Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia Sala de Aguadilla Caso Núm: A DP2015-0107 Sobre: Daños y Perjuicios |
| ANDREA CORTÉS FELICIANO; ANA AWILDA RIVERA CORTÉS; JOSÉ ANTONIO RIVERA CORTÉS; ÁNGEL ANTONIO RIVERA CORTÉS; LUIS ÁNGEL RIVERA CORTÉS | | Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia Sala de Aguadilla Caso Núm. A DP2015-0107 Sobre: Daños y Perjuicios |
Panel integrado por su presidenta, la Juez Gómez Córdova, la Juez Brignoni Mártir y el Juez Adames Soto
Adames Soto, Juez Ponente
SENTENCIA
En San Juan, Puerto Rico, a 29 de agosto de 2018.
La Sra. Andrea Cortés Feliciano (señora Cortés Feliciano) y la Sra.
Ana Awilda Rivera Cortés (Ana) acudieron ante nosotros mediante Escrito de Apelación el 19 de mayo de 2017. En igual fecha, acudió el Supermercado Selectos de Moca (Selectos), junto a su aseguradora Universal Insurance Company mediante Apelación. En ambos recursos, las partes cuestionaron la Sentencia emitida por el Tribunal de Primera Instancia, Sala de Aguadilla (tribunal primario o TPI), el 20 de marzo de 2017.[1] El 5 de julio de 2017 emitimos Resolución ordenando la consolidación de los casos.
Veamos los hechos que nos acercan a la controversia entre las partes de epígrafe.
El 14 de agosto de 2015, la señora Cortés Feliciano, junto a sus hijos Ana, Ángel Antonio, José y Luis Ángel, todos de apellido Rivera Cortés (a quienes identificaremos por sus primeros nombres), presentaron Demanda sobre Daños y Perjuicios ante el tribunal primario. En ella, alegaron que durante la tarde del 20 de agosto de 2014, la señora Cortés Feliciano había sido golpeada por un empleado de Selectos mientras manejaba un carro cargado de mercancía.
Adujeron que como consecuencia de ello, la señora Cortés Feliciano había sufrido de una compleja fractura en la rótula de su rodilla izquierda, por lo que había sido intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones. Sostuvieron que ello había sido provocado única y exclusivamente por la negligencia del empleado de Selectos, que no miró hacia al frente y no tomó las medidas pertinentes para evitar el impacto. Alegaron que era previsible que mientras el empleado manejaba un carro de carga sin mirar hacia el frente, provocaría un accidente. De igual forma, negaron que hubiese habido negligencia por parte de la señora Cortés Feliciano. Añadieron que la señora Cortés Feliciano se desempeñaba sola y sin asistencia previo al accidente y que como consecuencia del incidente, tuvo que mudarse a la residencia de su hija Ana, porque en la suya había escaleras que le eran imposible subir. Especificaron que aun después de haber recibido dieciocho (18) terapias físicas, la señora Cortés Feliciano no puede caminar, sus daños físicos son de carácter permanente y experimenta dolores crónicos con frecuencia. Por todo ello, la señora Cortés Feliciano solicitó que se condenara a Selectos y a su aseguradora a que solidariamente le pagaran $250,000.00 por concepto de daños físicos y $100,000.00 por concepto de daños emocionales. Por su parte, Ana solicitó la cantidad de $50,000.00 en concepto de daños emocionales, mientras que su hermano Ángel, solicitó
$40,000.00. José y Luis, solicitaron una compensación de $35,000.00 cada uno.
En la contestación a la demanda, Selectos y su aseguradora negaron todas las alegaciones referentes a la negligencia del supermercado y en cambio, apuntaron a que el accidente era resultado de la negligencia de la señora Cortés Feliciano y sus daños como consecuencia de enfermedades existentes previo al incidente.
Luego de varios incidentes procesales, se celebró juicio el 23 y 24 de enero de 2017. Acudieron como testigos de los demandantes la señora Cortés Feliciano, sus cuatro hijos y el Dr. Rolando Colón Nebot. Por parte de los demandados, testificó el Sr. Alexander Cabán Bolta y el Sr. Ángel Antonio Hernández Vázquez.
La primera en testificar fue la señora Cortés Feliciano. Indicó que tiene setenta y ocho (78) años de edad y es madre de Ángel, José, Ana y Luis.
Vive en casa de su hija que ubica en el Barrio Voladores de Moca desde la fecha del accidente.[2] Vivió más de cincuenta (50) años en la Calle Vicente González en Moca y, luego del accidente no ha podido regresar a su residencia porque ubica en un segundo piso donde no podían subirla.[3]
Expresó que antes del accidente era ama de casa[4], pero durante aproximadamente veintiséis (26) años trabajó en la fábrica de pantalones en Moca, hasta que se lastimó el hombro y la cintura, por lo que comenzó a recibir los beneficios del Seguro Social por incapacidad.[5] A partir de ello, permaneció cuidando a su esposo, quien sufrió de cáncer terminal por aproximadamente doce a trece meses.[6]
Referente al día de los hechos, la señora Cortés Feliciano explicó que estaba parada frente a la máquina de los jugos de Selectos cuando recibió el impacto. Expresó que casi no lo vio, porque al percatarse ya el carro de carga estaba encima de ella.[7] Describió que comenzó a gritar, al igual que su hija y su nuera, con quienes había llegado al supermercado.
Procedieron a llamar a la ambulancia, porque ella no se podía mover y sentía un dolor intenso en su pierna izquierda.[8] Posteriormente, llegó su hijo Ángel al lugar, tras recibir una llamada de Ana indicándole lo que había ocurrido. La llevaron al Hospital San Carlos Borromeo de Moca, donde permaneció todo el día y noche dando gritos porque sentía un dolor demasiado de fuerte.[9]
La testigo señaló que luego de dos (2) días en el hospital, el Dr. Hiram Luigi le operó la rodilla.[10] Aunque la señora Cortés Feliciano no recordó cuándo le dieron de alta, estimó que estuvo en el hospital aproximadamente tres días. Al salir del hospital, la llevaron a casa de su hijo Ángel, que ubica en la parte baja de donde ella vivía, para evitar tener que subirla quince (15) escalones. Como no dejaba de gritar por el dolor que sentía, Ana le habilitó un cuarto en su casa.[11]
Tras esa primera intervención quirúrgica, permaneció inmovilizada en la cama de posiciones por aproximadamente trece (13) meses.[12] Durante esos meses, la testigo manifestó que recibió tratamiento, pero no tuvo efecto, ni le quitaba el dolor. Para trasladarse a sus citas, solicitaban los servicios de una ambulancia. Posteriormente, los tornillos que le habían colocado en la operación se le salieron, por lo que tuvieron que operarla nuevamente. [13] Ana era quien se encargaba de bañarla, de darle comida y ocuparse de todo.[14] Al presente, la señora Cortés Feliciano expresó que no puede hacer nada y pasa su tiempo en la silla de ruedas si tiene que salir de la casa, y en el andador si está dentro de ella.[15] A preguntas de su abogado, indicó que antes del accidente hacía todo en su casa, incluyendo cocinar, lavar, planchar, limpiar e ir al supermercado.[16] También, se ocupaba de mantener el patio.[17]
Continuó testificando que, estimó subía y bajaba los quince (15) escalones de su casa aproximadamente cinco veces al día. Para entretenerse, iba al mall todos los días con su hija, su nuera o su hermana. [18]
Luego del accidente, la testigo expresó que ha dejado de ir a la iglesia, lugar que frecuentaba todos los domingos. Explicó que frente a la iglesia hay escalones que no puede subir. En cambio, antes, como parte de las actividades de la iglesia, caminaba la procesión en Semana Santa.[19]
Respecto a los daños emocionales, la testigo manifestó que le afecta no poder estar en su casa y cocinarle a su hijo José.[20]
La testigo admitió que antes del accidente padecía de diabetes, presión y de dolores en la cintura. La diabetes le produce neuropatía y retinopatía. Explicó que la neuropatía son unos punzasos, adormecimiento y calambre en el pie. A pesar de ello, testificó que antes del accidente en Selectos, ella era independiente y vivía sola.[21] Sobre la retinopatía, indicó que le empaña la vista y que por ello la operaron y le pusieron lentes incrustados en ambos ojos.[22]
Luego de sus intervenciones quirúrgicas, admitió que su doctor le indicó que debía ejercitarse.[23] Sobre los medicamentos que le recetaron, indicó que le ayudaron muy poco, porque siempre tenía dolor. Las terapias, que estimó que fueron aproximadamente veinte (20), no la ayudaron mucho porque aún no puede caminar.[24] Indicó que en un momento dado se le produjo una úlcera en la rodilla, por la cual fue atendida por su médico y le enviaron una enfermera por aproximadamente cinco (5) días para que le limpiara el área. Agregó que su rodilla está curada en el exterior, pero aún sufre de mucho dolor y no puede doblarse ni arrodillarse.[25]
Durante su contrainterrogatorio, la señora Cortés Feliciano indicó que el carro con el que recibió el impacto era manual y estaba siendo manejado por un empleado de Selectos.[26] Describió la velocidad del carro de carga diciendo que se aproximaba ligerito. Expresó que vio el carro de carga, pero inmediatamente estaba encima de ella. [27] Sostuvo que el carro estaba lleno hasta arriba, por lo que el empleado estaba imposibilitado de verla. Destacó, que lo anterior cobra mayor relevancia por ser ella una persona de baja estatura.[28] La testigo indicó que tenía un dolor que estaba volviéndola loca y que a pesar de que le administraban medicamentos, estos no le hacían efecto. En cuanto al día del accidente, testificó que no le hicieron nada por asuntos del plan médico.[29]
La...
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