Sentencia de Tribunal Apelativo de 15 de Noviembre de 2003, número de resolución KLAN0200801
| Emisor | Tribunal Apelativo |
| Número de resolución | KLAN0200801 |
| Tipo de recurso | Apelación |
| Fecha de Resolución | 15 de Noviembre de 2003 |
| ÁNGEL L. GONZÁLEZ SANTIAGO, ANTONIA SERRANO ROJAS Y LA SOCIEDAD LEGAL DE GANAN-CIALES COMPUESTA POR AMBOS Demandantes-Apelados v. COMPAÑÍA DE PARQUES NACIO-NALES; ACE INSURANCE COM-PANY DemandadosApelantes | KLAN0200801 | APELACIÓN PROCEDENTE DEL TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA, SALA SUPERIOR DE BAYAMÓN CIVIL NÚM. D DP2000-0882 (502) SOBRE: DAÑOS Y PERJUICIOS |
Panel integrado por su presidente, el Juez Sánchez Martínez, la Juez Cotto Vives y el Juez Vivoni del Valle
Cotto Vives, Jueza Ponente
SENTENCIA
En San Juan, Puerto Rico, a 15 de septiembre de 2003.
La parte apelante, la Compañía de Parques Nacionales y su aseguradora, ACE Insurance Company (ACE Ins. Co.), nos solicitan que revoquemos una sentencia emitida por el Tribunal de Primera Instancia, el 21 de junio de 2002, mediante la cual se declaró con lugar una demanda por daños y perjuicios presentada por el Sr. Ángel L. González Santiago, la Sra. Antonia Serrano Rojas y la sociedad de gananciales compuesta por ambos.
Inconformes, apelan ante nos la Compañía y ACE Ins. Co. y le imputan al Tribunal de Primera Instancia varios errores, que mencionaremos más adelante.
Por los fundamentos que pasamos a exponer, se confirma la sentencia apelada.
El 25 de julio de 1999 el Sr. González Santiago se encontró con su amigo, el Sr. Ángel Danuz Hernández, en las afueras del balneario Nolo Morales de Dorado. Según la transcripción de la prueba oral, los hombres se detuvieron en dos negocios fuera del balneario y compraron varios tragos antes de dirigirse al negocio El Playero, ubicado dentro de los predios del balneario. Tanto el Sr. González, como el Sr. Danuz, declararon que llegaron a El Playero a las 6:00 P.M. aproximadamente y allí se encontraron con el compadre de éste último, el Sr. Nieves.
Así las cosas, el Sr. González Santiago se dirigió a la barra del negocio para comprar unos tragos. Mientras tanto, el Sr. Danuz, que se había quedado conversando con el Sr. Nieves, observó que a poca distancia de ellos se desarrollaba una discusión entre dos hombres. Según el Sr. Danuz, éstos discutían en voz alta y se proferían palabras soeces. Cuando el Sr.
González regresó de comprar las bebidas, el Sr. Danuz le sugirió moverse a otro lugar, en vista de que la discusión entre los dos hombres se agravaba y se iba acercando a ellos.
El Sr.
González, el Sr. Danuz y el Sr. Nieves se dispusieron a alejarse del establecimiento y cuando llegaron al portón más cercano al lugar donde habían estado conversando, lo hallaron cerrado. Mientras se dirigían al próximo portón del balneario, se escuchó un disparo, el Sr. González Santiago fue alcanzado en la pierna por una bala y comenzó a gritar. Al mirarse, observó que brotaba mucha sangre y sintió temor de desangrarse. Según el testimonio del Sr. Danuz, éste trató de tranquilizar a su amigo porque sabía que se pondría muy nervioso con la situación, debido a que el apelado padecía de diabetes. Una vez atravesaron el portón y lograron salir del balneario, se fijaron que un agente de la Policía se dirigía al lugar donde se había escuchado la detonación. Posteriormente, un agente le prestó ayuda al Sr. González Santiago, lo montó en una patrulla y lo llevó al hospital.
El Sr.
González Santiago recibió los primeros auxilios en el Dispensario de Dorado y posteriormente fue trasladado al Hospital de Bayamón, donde los médicos no pudieron extraerle el proyectil alojado en su pierna. Por tal razón, fue dado de alta y se le recetaron medicamentos para el dolor. El apelado estuvo convaleciendo en su casa durante aproximadamente un mes o mes y medio y entonces decidió visitar a un médico que le recomendó que fuera al Hospital de Veteranos para someterse a una operación para extraerle la bala.
Una vez en el Hospital de Veteranos, el Sr. González Santiago continuó recibiendo tratamiento para su pierna, hasta que los médicos decidieron recluirlo para, finalmente, extraer la bala. Debido a su condición de diabetes, el apelado despertó de la operación con mucho temor de haber perdido su pierna, pero se tranquilizó un poco una vez se dio cuenta de que no fue así. Luego de tres días, el Sr. González Santiago fue dado de alta y convaleció en su hogar por espacio de veinte días más, durante los cuales tuvo dificultades para caminar a consecuencia del intenso dolor.
A raíz de todo este incidente, el 29 de septiembre de 2000, el Sr. González Santiago, su esposa, la Sra. Serrano Rojas y la sociedad de...
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