Sentencia de Tribunal Apelativo de 15 de Octubre de 2004, número de resolución KLAN0401159

EmisorTribunal Apelativo
Número de resoluciónKLAN0401159
Tipo de recursoApelación
Fecha de Resolución15 de Octubre de 2004

LEXTCA200 41015-03 Pueblo v. Díaz Rodríguez

Estado Libre Asociado de Puerto Rico

TRIBUNAL DE APELACIONES

REGIÓN JUDICIAL DE AIBONITO

EL PUEBLO DE PUERTO RICO Apelado v. JUAN FERNANDO DÍAZ RODRÍGUEZ Apelante KLAN0401159 Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de Aibonito BPD1997G0131-0132 BDC1997G0004-0005 BHO1997G0010-0011

Panel integrado por su presidente, el Juez Brau Ramírez, el Juez Colón Birriel y la Jueza Hernández Torres.

Brau Ramírez, Juez Ponente

RESOLUCIÓN

En San Juan, Puerto Rico, a 15 de octubre de 2004.

-I-

Por hechos ocurridos en Aibonito el 20 de octubre de 1995, el apelante Juan Díaz Rodríguez fue acusado ante la Sala Superior del Tribunal de Primera Instancia correspondiente a dicha localidad por numerosos cargos de secuestro, 33 L.P.R.A. sec. 4178; robo, 33 L.P.R.A. sec. 4279 y actos lascivos, 33 L.P.R.A.

sec. 4067.

Al apelante se le imputó que el día de los hechos, en unión a otro individuo de nombre José Orlando Meléndez Rosado, había secuestrado a la

Srta.

Madeleine Alicea, quien para esa fecha tenía 18 años de edad. El secuestro ocurrió aproximadamente a las 4:15 p.m., luego de que la Srta. Alicea saliera de su empleo en la fábrica de Baxter en el Municipio de Aibonito. La joven supuestamente se encontraba hablando por un teléfono público que había en el lugar cuando fue encañonada por sus asaltantes. Estos la obligaron a entrar en un vehículo Toyota de dos puertas, color negro, donde la vendaron y la mantuvieron hasta las 7:30 p.m.

Durante el trayecto, los asaltantes le quitaron la ropa a la joven e incurrieron en actos lascivos en contra de ella. La joven les advirtió que su padre era policía. Los asaltantes se asustaron y la dejaron en la carretera en el área cercana a Juana Díaz, donde fue hallada por un amigo de su padre, el señor Héctor Rosado González.

La joven fue llevada al cuartel de la Policía de Juana Díaz, donde narró lo que le había sucedido. Cuando la joven ofreció la descripción del vehículo, uno de los agentes le informó que la misma se parecía a la de un automóvil que había sufrido un accidente esa misma noche y se había virado en el Barrio Llanos de Juana Díaz, cerca del negocio “Sube y Baja”. La joven fue llevada a lugar, donde identificó el vehículo. El mismo pertenecía al apelante. Los policías procedieron a arrestar a las personas que habían estado viajando en el automóvil. La Srta. Alicea los identificó como sus asaltantes.

A base de dicha prueba, el apelante y el señor Meléndez Rosado fueron procesados por los cargos mencionados. Oportunamente, se celebró un juicio por tribunal de derecho. Durante el mismo, el Ministerio Público presentó los testimonios de la víctima, del señor Rosado González, de varios agentes que intervinieron en la investigación del caso y en el accidente sufrido por el vehículo del apelante, así como el de un familiar de la Srta.

Alicea a quien ésta llamó por teléfono durante la travesía.

Por su parte, el apelante presentó una defensa de coartada, dirigida a establecer que el día de los hechos él había estado en otros lugares. El apelante declaró a su favor y presentó seis testigos para establecer su defensa, Luis Vega Soto, Gloria Rivera Príncipe, Luis Soto Alejandro, José

Colón Rivera, Teodoro Rosado López y Carmen Iris Serra.

El señor Vega Soto declaró que conocía al apelante y al otro acusado y que el día de los hechos había compartido con el apelante durante la noche.

La señora Rivera Príncipe, testificó que conocía al apelante quien visitaba el negocio donde ella trabajaba. El día de los hechos, el apelante había ido allí a almorzar y se había quedado hasta aproximadamente las cinco menos cinco.

El señor Soto Alejandro, no es amigo ni familiar del apelante pero lo conoce. Declaró que el día de los hechos él estaba tomándose una cerveza en El Remoto, cuando a las cinco y treinta de la tarde llegó el apelante en un vehículo marca Toyota de color azul; que se tomaron dos o tres cervezas y estuvieron hablando aproximadamente quince minutos; que luego salieron para otro negocio que se llamaba Salvita, donde llegaron aproximadamente a las cinco y cuarenta y cinco de la tarde.

El señor Colón Rivera declaró que conocía al apelante y que el día de los hechos aproximadamente a las cinco y cuarto de la tarde lo había visto en el negocio El Remoto, donde se tomaron dos a tres cervezas. Luego se fueron salieron al colmado Salva, donde se quedó el apelante.

El señor Rosado López, declaró que tenía un negocio de bebidas que se llamaba Mota´s. El día de los hechos el apelante llegó a las siete de la noche, solo, en una guagua Toyota color marrón a su local, donde se quedó por media hora. Se dio cuenta que él había bebido.

La señora Sierra declaró que el apelante era su yerno y el señor Meléndez Rosado sobrino de su esposo. El día de los hechos, el apelante llegó bebido a su casa de siete y treinta a ocho menos veinte de la noche. Lo volvió a ver a las ocho y diez. Él la saludó desde una guagua azul con un “parcho negro”. Más tarde la llamó para decirle que había tenido un accidente en el Sube y Baja.

El apelante declaró que tenía una guagua Toyota “Liftback” de varios colores: gris, negro, azul y rojo, la cual no tenía tintes en los cristales. El día de los hechos salió al medio día de un adiestramiento que tenía, se tomó un refresco y comió varios entremeses; a las doce y media se dirigió a la Gomera Edwin en el Barrio Beatriz de Cayey, donde hizo un pago de veinte dólares. Como era viernes se fue a tomar varias cervezas y a comer algo en el negocio donde trabajaba la señora Gloria Rivera Príncipe; que llegó a ese lugar a las doce y cuarenta y cinco y se fue después de las cinco de la tarde; que entonces pasó por los negocios Los Cuñao y El Remoto, donde se encontró con Luis y José, con quienes compartió un rato; que luego fue al negocio de Salva donde jugó billar y se tomó de cuatro a cinco cervezas.

También fue al negocio de Teodoro que se llama Mota´s, el cual está localizado al lado de un parque de pelota donde estuvo aproximadamente media hora; que luego se fue a casa de su suegra en el barrio el Rabanal, a quien saludó y ella le indicó que se sentía mal; que él le ofreció llevarla al hospital pero ella no quiso, pues la hija la iba a llevar; que luego visitó a Félix y pasó por la casa de otros hermanos; que en todos los sitios donde paró...

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