Sentencia de Tribunal Apelativo de 7 de Septiembre de 2005, número de resolución KLAN0400653

EmisorTribunal Apelativo
Número de resoluciónKLAN0400653
Tipo de recursoApelación
Fecha de Resolución 7 de Septiembre de 2005

LEXTCA20050907-03 Pueblo v. Bernazar Ruíz

ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO

TRIBUNAL DE APELACIONES

REGIÓN JUDICIAL DE PONCE

EL PUEBLO DE PUERTO RICO Apelado v. VÍCTOR A. BERNAZAR RUIZ Apelante KLAN0400653 Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de Ponce JVI2002G0047 JDC2001G0011 JPD2002G0306 JLA2001G0613

Panel integrado por su presidente, el Juez Brau Ramírez, la Jueza Hernández Torres y el Juez Martínez Torres.

Brau Ramírez, Juez Ponente

SENTENCIA

En San Juan, Puerto Rico, a 7 de septiembre de 2005.

-I-

Por hechos ocurridos en Ponce el 21 de enero de 2001, el apelante Víctor A.

Bernazar Ruiz fue acusado por los delitos de asesinato en primer grado, 33 L.P.R.A.

sec. 4002, secuestro agravado, 33 L.P.R.A. sec. 4178a y daños agravados, 33 L.P.R.A. sec. 4286.

Al apelante se le imputó que, actuando en concierto y común acuerdo con otros individuos, secuestró de su residencia al Sr. Luis Francisco

Santos Reyes, quien fue agredido varias veces con un bate de aluminio. La víctima fue encerrado en un vehículo Honda Civic de su pertenecia, el que fue posteriormente incendiado por los atacantes. El Sr. Santos Reyes falleció como consecuencia de las heridas y quemaduras sufridas por él.

Luego de un juicio por Tribunal de Derecho, el apelante fue declarado culpable de los delitos imputados. Mediante sentencia emitida el 11 de mayo de 2005, el Tribunal de Primera Instancia condenó al apelante a cumplir penas concurrentes de hasta 99 años de cárcel.

Confirmamos.

-II-

El Ministerio Público presentó los testimonios de Carlos Santos Rodríguez, Joaquín Torraca, los Dres. Franciso Cortés y Heriberto Pagán, Ángel Luis Díaz Colón, José Miguel Rivera, la agente de la Policía Wanda Feliciano, Oscar Rivera Cruz, el agente Isaac Quirindongo y José Muñiz.

Carlos Santos Rodríguez, hermano del occiso, testificó que su hermano residía con su ex cuñado, Ángel Díaz, en la Urb. Flamboyanes en Ponce.

El día de los hechos, le informaron que el carro de su hermano había aparecido quemado y que en el baúl había un cuerpo carbonizado. Hizo las gestiones a través de Ciencias Forenses para la identificación del cadáver que resultó ser el de su hermano.

La última vez que vio con vida a su hermano, éste le había dicho que lo estaban buscando para matarlo. Su hermano le dijo que Rubén Muñiz Ruberté, “el viejo”, y su hijo Fabián eran quienes lo buscaban, porque el viejo lo había escuchado hablando con Emmy (la esposa de Muñiz Ruberté). El occiso amaba a Emmy y se la había llevado porque habían amenazado con matarla.

El segundo testigo de cargo, Joaquín Torraca, amigo del occiso, declaró que el día de los hechos, temprano en la mañana, acompañó al occiso al Pozo de la Virgen y luego fueron a comer a casa de unos amigos, donde estuvieron hasta las 8:00 p.m.

Describió la vestimenta del occiso; refirió que la víctima calzaba unos tenis negros con franjas blancas, que se fijó porque el occiso se dobló a amarrarse los cordones del zapato, un mahón negro y una polo blanca. El occiso tenía un automóvil Honda Civic rojo.

El tercer testigo de cargo el Dr. Francisco Cortés, patólogo forense, describió las condiciones en que se encontró el cuerpo del occiso. El cuerpo de éste quedó carbonizado y se redujo a 30 libras de peso. Se le desprendieron las extremidades a causa del fuego. El tejido blando de la cara también desapareció, así como la masa muscular.

El Dr. Cortés declaró que el cuerpo reveló la presencia de hollín en el tracto respiratorio superior, lo que reflejaba que la víctima aún estaba respirando en el momento del fuego, estaba con funciones vitales al momento del fuego.

El radiólogo Heriberto Pagán declaró, en lo pertinente, sobre la forma en que se había identificado el cuerpo del occiso. Ello se hizo a través de la comparación de radiografías que se le habían tomado en vida con otras tomadas post-mortem.

El Sr. Ángel Luis Díaz Colón declaró que el occiso, su cuñado, residía junto a él en la casa del primero.

La noche de los hechos se había tomado unas pastillas y se quedó dormido. Su vecino Joíto lo llamó y le dijo que en la casa había habido un revolú y que su cuñado había salido con unas personas. El testigo acudió a la policía y lo informó porque pensó lo peor ya que su cuñado le había dicho en varias ocasiones que lo estaban buscando para matarlo. Identificó en sala a Rubén Muñiz Ruberté como la persona que buscaba a su cuñado para matarlo. Explicó que su cuñado tenía una relación sentimental con la esposa de Rubén. A eso de las 11:00 p.m., la policía llegó a su residencia y le notificó sobre el Honda quemado y un cadáver carbonizado.

El sexto testigo de cargo José Miguel Rivera, alias Joíto, declaró en lo pertinente que la noche de los hechos estaba en la segunda planta de su casa, en el balcón, mondando unos cocos. Vio a cuatro muchachos que entraron a la calle, que es sin salida, y llegaron hasta la casa de Ángel. Treparon la verja, un automóvil prendió las luces y se acercó a la casa. Era un carro pequeño, Suzuki de tres cilindros. De la casa salió uno de los individuos y se montó en el vehículo. Luego salió el carro Honda Civic que estaba en la marquesina.

La agente Wanda Feliciano declaró que ella había estado actuando como retén la noche en que ocurrieron los hechos. Recibió la información de que en la Carretera 10 había un auto incendiándose. Notificó a los bomberos y acudió al lugar. El vehículo era un Honda Civic. Su compañero bajó al área donde estaba el automóvil y detectó una osamenta.

El químico del Instituto de Ciencias Forenses, Oscar Rivera Cruz, declaró en lo pertinente que investigó la escena y encontró evidencia de gasolina en una tapa con rosca que se encontró en el lugar. Dicha tapa de rosca y una caja de fósforos marca Estrella fueron ocupadas cerca del auto del occiso por el investigador forense, Ernesto Núñez Morell.

El agente investigador, Isaac Quirindongo, testificó sobre los pormenores de la investigación que realizó y las entrevistas que sostuvo con el apelante y los otros sospechosos del crimen, incluyendo a José

R. Muñiz Plaza, a quien se le dio inmunidad y quien fue el principal testigo de cargo. Relató que entrevistó a Ángel Díaz Colón, quien le dijo que los vecinos lo habían levantado porque unas personas habían sacado al occiso mediante la fuerza. También habló con Joíto quien le relató que vio desde su casa a cuatro personas que se habían bajado de un carro Suzuki, que entraron a la casa, luego vio que salieron dos y uno de ellos, el trigueño (el apelante) hizo señas al carro. Subieron al Suzuki y que después salió el Honda de la casa. El agente indicó que recibió confidencias que le decían que al occiso lo habían asesinado Rubén, el hijo de éste, Fabián, Víctor (el apelante) y Mario (el Gordo).

Entrevistó al apelante, a Rubén Muñiz Ruberté y al hijo de éste Fabián, así como a José Muñiz, a quien la fiscalía le dio inmunidad. Entre otras gestiones investigativas...

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