Ley Núm. 130 de 12 de julio de 2011, para disponer que la Carretera PR-503, que transcurre por los municipios de Ponce y Adjuntas, sea designada con el nombre de 'Carretera David Medina Feliciano'.

EventoLey
Fecha12 de Julio de 2011

(P. de la C. 2885)

LEY NUM. 130

12 DE JULIO DE 2011

Para disponer que la Carretera PR-503, que transcurre por los municipios de Ponce y Adjuntas, sea designada con el nombre de “Carretera David Medina Feliciano”.

EXPOSICION DE MOTIVOS

El respaldo al estudio de las artes y a la rehabilitación de las personas con impedimentos son dos metas muy importantes de nuestra sociedad. En Puerto Rico existe un número importante de personas que, a pesar de tener impedimentos físicos, tienen habilidades en el campo de las artes.

Un gran ejemplo de esto lo fue el pintor ponceño David Medina Feliciano. A pesar de estar atado a una silla de ruedas por su condición de Werdnig-Hoffman, un tipo de atrofia músculoespinal, y con muy poca educación formal sobre las artes, se destacó como uno de los mejores exponentes de la pintura paisajista y costumbrista de Puerto Rico.

David Medina Feliciano nació en el pueblo de Adjuntas el 6 de noviembre de 1961, siendo el séptimo hijo de una familia numerosa. Era hijo de Doña Blanca Edith Feliciano y Don Angel Medina Feliciano, los cuales, en su afán de brindarle el mejor cuido a su hijo y por recomendación médica, se trasladaron a Ponce buscando un lugar de clima más cálido.

En sus primeros años de vida, David mostraba que su habilidad motora era diferente y un tanto apocada. Sus padres no tardaron mucho en descubrir que David no tenía la misma condición saludable que sus demás hermanos. En una ocasión él recordaba su larga estadía en el Hospital del Niño en San Juan y nunca borró de su mente las estampas de los niños que, aunque enfermos, jugaban, reían y corrían en un cuarto lleno de juguetes donde él era sólo un observador.

Poco a poco iba concientizando su situación y, sin darse cuenta, se convirtió en una persona normal y tan capaz como cualquier otro, aunque su impedimento físico, diagnosticado como distrofia muscular, y diagnosticado eventualmente como Werdnig-Hoffman, le impedía un rendimiento corporal normal. Su restrictiva enfermedad pulmonar severa hizo que el niño enfermara tan frecuentemente que eran comunes sus estadías en el hospital.

De la misma manera en que el niño crecía físicamente, también se iba desarrollando en él una habilidad asombrosa que probablemente fue el conjunto donde se fueron almacenando todas sus limitaciones y comienza a plasmar en lápiz y papel...

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