Ley Núm. 38 de 30 de marzo de 2011, para crear la Ley de 'Manos Pal’ Campo', que establecerá la política pública del Gobierno de Puerto Rico en torno a la necesidad de mano de obra local e importada para realizar las faenas de cosecha del café; para establecer la coordinación entre el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos y el Departamento de Agricultura y su endosos para recomendar la entrada de mano de obra extranjera de forma ordenada y legal; y para establecer los controles para proteger las oportunidades para la mano de obra local.

EventoLey
Fecha30 de Marzo de 2011

(P. del S. 1038)

LEY NUM. 38

30 DE MARZO DE 2011

Para crear la Ley de “Manos Pal’ Campo”, que establecerá la política pública del Gobierno de Puerto Rico en torno a la necesidad de mano de obra local e importada para realizar las faenas de cosecha del café; para establecer la coordinación entre el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos y el Departamento de Agricultura y su endosos para recomendar la entrada de mano de obra extranjera de forma ordenada y legal; y para establecer los controles para proteger las oportunidades para la mano de obra local.

EXPOSICION DE MOTIVOS

El café es una fuente importante de ingresos y empleos para 250,000 habitantes en 21 municipios de la zona cafetalera. Según el Censo Agrícola del 2002, la empresa de café tenía 9,805 fincas con 57,549 cuerdas bajo cultivo. El mismo Censo Agrícola del 2007, cinco años más tarde, refleja un total de 5,885 fincas con 38,535 cuerdas bajo cultivo. El café se cultivó en el 55.5% del total de fincas en Puerto Rico. El Departamento de Agricultura de Puerto Rico (DAPR) en el 2004 informó la existencia de 114 beneficiadores/compradores de café, 31 torrefactores y 13,200 cogedores. Para el 2007 se han reducido a cerca de 80 beneficiadores/compradores; el número de torrefactores no ha cambiado; mientras que el número de cogedores de café ha bajado a cerca de 10,000 anualmente.

El cultivo de café es responsable de ingresos y empleos indirectos generados por la compra de insumos para su producción y por las fases de elaboración y mercadeo. El efecto multiplicador de un dólar invertido en la agricultura, y por consiguiente en la producción de café genera $2.62 en la economía del país.

Anualmente, en Puerto Rico se pierde más de la mitad de la cosecha del café, lo que equivale a su vez a la pérdida de miles de quintales del preciado grano con un valor en el mercado de más de $25.0 millones. La razón principal es la falta de manos puertorriqueñas que lo recojan. Una especie de conformismo, por años, de soportar sin poder hacer nada arropa a nuestros agricultores al saber que por más café que siembren y por mejor que lo cuiden al final del año como quiera se perderá gran parte de la cosecha. “El que lo sembró que lo coseche”, parece ser la consigna social de las nuevas generaciones. ¡De qué valen las iniciativas de subir el precio, que se aumenten los incentivos y que se mejore la calidad para lograr exportar café de calidad, si como quiera se pierde la mitad de la cosecha! La meta de la producción para el consumo local de 300,000 quintales de café propuesta por el Departamento de Agricultura requiere, solamente para la cosecha, apróximadamente 18,000 cogedores de café. Cifras del Censo Federal Agrícola del 2002 informan que existen aproximadamente 10,000 a 13,000 cogedores en la empresa de café, lo que refleja un déficit de 5,000 a 8,000 empleados.

Desde hace más de veinte años, la escasez de mano de obra en la agricultura se ha incrementado. La política pública del Gobierno tradicionalmente ha sido intentar incorporar la fuerza laboral local que está desempleada en la zona rural, en la cosecha del café y en otras tareas relacionadas a la agricultura. Lo cierto es que todas estas iniciativas han fracasado, manteniendo en el limbo a los miles de agricultores que esperan por respuestas concretas a sus problemas. La falta de coordinación entre agencias es obvia. Unas perjudican a otras y la situación se complica con los distintos programas de beneficencia social que administran. Mientras el Departamento de Agricultura promueve e incentiva a través de bonos al obrero y al agricultor con el subsidio salarial, otras agencias les reducen sus beneficios del PAN, WIC, Plan 8 y Tarjeta de Salud, si sus ingresos aumentan. Esto promueve que muchas personas prefieran quedarse en su casa sin trabajar para no reportar aumento de ingresos y así no perder sus ayudas. Recientemente se han hecho acuerdos para no considerar los ingresos por actividad agrícola y así no afectar las ayudas; sin embargo, no se ha incrementado el número de trabajadores, fracasando una vez más en los intentos por aumentar la fuerza laboral agrícola. Iniciativas como la utilización de reclusos de la Administración de Corrección, la utilización de distintas entidades como Hogares Crea, iglesias y escuelas públicas...

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