La libertad también es un sueño

Por Carmen Graciela Díaz

Especial El Nuevo Día

Los tres coincidieron en la legendaria Residencia de Estudiantes de Madrid. Fueron amigos y se distanciaron. Y para contar del lado más personal de los genios que retaron toda convención así como del lazo vertiginoso que se trabó entre ellos sube a escena la obra "El sueño de Dalí", desde mañana hasta el 3 de abril, en la Sala Experimental Carlos Marichal del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré en Santurce en funciones los viernes y sábados a las 8:30 p.m. y los domingos a las 4:00 p.m.

"Todos conocen el mito, la leyenda de cada uno de estos cuatro personajes, pero no se conoce el ser humano", expone la dramaturga, productora y directora de esta producción de Cuarzo Blanco, Adriana Pantoja.

Según Pantoja, tres años de investigación condujeron al libreto que se vuelca en Salvador, Federico y Luis "con esos nombres" y no nombrándolos por sus célebres apellidos Dalí, García Lorca y Buñuel, porque la pieza busca develar "quiénes eran las personas reales, cómo sentían, cómo se entrelazaron". Asimismo, este redescubrir histórico se fija en Gala, la enigmática rusa que cambiaría el rumbo de Dalí.

Los actores que se meterán en la piel de estos personajes son José Luis Gutiérrez interpretando al pintor Salvador Dalí, Nelson del Valle como el poeta y dramaturgo Federico García Lorca, José Brocco como el cineasta Luis Buñuel e Ineabelle Colón como la musa Gala. Lurana McClure también intervendrá en el montaje como la Niña.

La obra, situada entre el 1922 y el 1936, se asoma en la juventud de estos genios para atisbar en sus amores, sus delirios -incluidos los vericuetos de la adoración e inspiración profesional entre García Lorca y Dalí-, la llegada de Gala y su impacto en el pintor, los indicios de la colaboración profesional entre Buñuel y Dalí -que desembocaría luego en el filme transgresor "Un perro andaluz"- así como el fusilamiento de García Lorca, entre otros hilos conductores en la trama que, adelanta Pantoja, podrían trasladarse al siglo XXI.

Los actores coincidieron que este entramado de seres y acontecimientos verídicos ha supuesto responsabilidad y trabajo intenso en su preparación porque las interpretaciones -como apunta Brocco- deben cincelarse desde la realidad, bajo la lupa de las expectativas del público.

"Me pone nervioso, porque tengo que representar lo más fiel posible a un Lorca en su juventud para que el público se lleve esa interpretación como es", expresa Del Valle, mientras su...

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