LIBRES tras los barrotes

Por Camile Roldán Soto

end.croldan@elnuevodia.com

Uno a uno, los diez hombres firman la hoja de asistencia y caminan directamente hasta un fino matre rectangular. Sobre ese pequeño espacio pasarán la próxima hora. Una hora de libertad. Y no hablamos de libertad física, esa no existe aquí. Se trata de otro tipo de escape, uno que se construye desde el interior, según lo describe este grupo de reos de máxima seguridad que durante el último mes, dos horas a la semana, practica yoga.

Osvaldo López, un muchacho de 26 años preso por asesinato, ley de armas y dos casos relacionados a droga, es uno de ellos. Su trabajadora social lo matriculó en las clases.

"Le había comentado a ella que me estaba sintiendo un poco ansioso, un poco incómodo. Que necesitaba un curso de pintura, una escuela, algo para matar el ocio. Ella se tomó la iniciativa, que entiendo ha sido de beneficio para mi persona", comenta.

Al igual que todos los 292 reclusos en máxima custodia, Osvaldo paga caro su crimen. Está 23 horas al día "trancao". Todas sus actividades cotidianas, desde lavarse los dientes hasta mirar la televisión y dormir las realiza en un espacio de 55 pies cuadrados que comparte con su compañero de celda. Por momentos, coinciden los reos, la rutina de abrir los ojos, mirar al techo y hallarse entre barrotes amenaza la cordura.

"Uno en lo que está pensando es en cosas negativas muchas veces", confiesa Israel López, de 40 años y cuya sentencia de 16 años por un delito que no quiso revelar apenas comienza. Para él la cárcel es "un mundo olvidado. El cementerio de los vivos".

Uno de los propósitos del proyecto piloto del Departamento de Corrección para ofrecer clases de yoga en la cárcel es ayudar a los presos a controlar esa desesperación que producen el aislamiento y el encierro. Emoción que en ocasiones estalla violentamente entre los confinados. Busca, además, ofrecerles una herramienta para enfrentar al que muchos de los prisioneros entrevistados identifican como su peor verdugo: el tedio.

"Este programa está enfocado en la rehabilitación y la acogida ha sido excepcional. Ellos están muy positivos. Eventualmente queremos probar los resultados, cómo esto les ayuda a estar más tranquilos en su celda", explica el secretario de Correción, Carlos Molina.

En la prisión de Bayamón, hay dos sesiones de yoga los martes. Un total de 20 prisioneros, divididos en grupos de 10 cada uno, toma clases a las 8:00 a.m. y a las 10:00 a.m.

La clase de hoy comienza un poco más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR