Un libro en pedazos

por Lilliana Ramos Collado

Pero pensemos en cuántas mujeres han tenido vidas intensas, fuera de ruta, complejas, hasta escandalosas, y nunca escribieron poesía, mucho menos la poesía extraordinaria de Julia de Burgos. La poesía nunca es la vida, sino un cuidadoso destilado de lo que el escritor imagina como su ser vital visto a través del prisma de un imaginario literario. Todo poeta que dice "yo" o que escribe desde su nombre, inventa una personalidad ficticia, apta para decirse como "poeta".

El lenguaje siempre se queda corto para recoger la experiencia humana. Ante la vida, una se suele quedar sin palabras suficientes para "decirse entera". Y así, cuando Julia titula su más famoso poema "A Julia de Burgos", reconoce esta brecha dura y compleja no sólo entre dos Julias -una, grifa, y la otra, señorona-, sino entre la Julia que escribe y la Julia que es. La vida en ocasiones tumultuosa de la Julia mujer fue recogida por la Julia poeta como motivo literario en el momento en que esas pasiones vertieron su realidad en el molde exigente de la poesía.

Desde esa brecha insoslayable, leo por un momento a la Julia que murió "en la flor de la edad". La metáfora de hoy: mi maltrecho ejemplar de la primera edición de la obra poética de Julia de Burgos que publicó en 1961 el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Aquí, en esta página del periódico, pueden ver mis lector@s la foto que atestigua cuánto he manoseado yo este tomo que me ha acompañado por más de 40 años. La obra de Julia es, en el mejor sentido todavía, un libro en pedazos.

Julia de Burgos publicó en vida sólo dos de sus libros. Poema en veinte surcos (1938), publicado a los 24 años, contiene la feroz voluntad de establecer una voz y una persona literarias al sondear constantemente la pregunta por el "yo" que escribe. Desde el pórtico mismo del libro, vemos en "A Julia de Burgos" la batalla entre las dos Julias que se manifiesta en el vaivén entre el "tú" y el "yo no". Ese "yo no" se construye desde la negación a la sombra de un "tú" que es máscara y error. Enemiga de sí misma, la Julia fragmentada será la que escriba una obra igualmente fragmentada. Por ejemplo, "Tú eres de tu marido, de tu amo; yo no."

Afirmar la persona poética desde una negación. ese "yo no" que escribe se subleva, no admite quietud, titubea entre negaciones, y así admite que en esa refutación constante que trata de definirla, late una libertad: la libertad de nunca ser una "alguien" ya codificada y explicada por la...

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