Todo listo para la implosión

Por Ileana Delgado Castro

idelgado@elnuevodia.com

El superintendente de la Policía, Emilio Díaz Colón, informó que a esa hora se cerrarán las calles en un perímetro de 1,000 pies "por seguridad", aunque se espera que las avenidas Roosevelt, Ponce de León y Barbosa permanezcan abiertas.

El desalojo de 250 personas en un radio de 500 pies iniciará a las 6:00 a.m., agregó Díaz Colón, quien ayer realizó un recorrido por la zona junto a personal de la compañía a cargo de la implosión para corroborar que todo estaba en orden.

"Esperamos que no ocurra ningún problema y que podamos hacer el trabajo", agregó el superintendente, tras señalar que tendrían 209 policías trabajando en el área para controlar cualquier imprevisto, así como para mantener a los curiosos alejados del área. De hecho, se asignó la zona del puente sobre el caño Martín Peña para los que quieran ver la implosión.

Una gasolinera ubicada a menos de 200 pies de distancia del área de implosión, según el funcionario, no está en peligro de sufrir algún daño, al igual que las propiedades circundantes.

En ese sentido, José Criado, a cargo de la implosión, aseguró que la onda expansiva no afectará ninguna estructura cercana, aunque aceptó que se podría afectar algún panel de cristal.

"Frente a la gasolinera se pondrán unos contenedores a los que se les abren las tapas para que ayuden a contener la onda expansiva y su efecto", explicó Criado, tras indicar que se utilizarán 2,200 libras de explosivos. De la misma forma se expresó sobre un edificio cercano, rodeado de ventanales de cristal que, según dijo, tampoco se afectaría.

"Se hicieron estudios de todos los edificios en un radio de 250 pies y hemos tomado todas las precauciones necesarias", agregó Criado. En cuanto al polvo fugitivo y el particulado que se deprende de la implosión, indicó que habían hecho una proyección a base de la dirección del viento y no esperaban que este afectase a nadie en el área.

Ayer, don Rafael Pérez lamentaba la implosión del antiguo edificio. "Mañana (hoy) es un día en que mucha gente va a llorar", le comentaba Pérez a su amigo Gilberto Gallardo, mientras desayunaban en la panadería Roma, aledaña a lo que queda del complejo de vivienda que será implosionado a las 10:00 a.m.

Pérez, de 84 años, quien ha vivido por 48 años en un condominio cercano al que se refirió como "el área de los riquitos", dijo que conoció a gente muy buena en Las Gladiolas con la que compartió y que "me quisieron mucho".

Entre ellos, su...

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