Listo para jugar por el equipo

En sus años como baloncelista, Larry Seilhamer nunca entró al tabloncillo con la pretensión de que saldría libre de algún golpe.Ayer, no fue la excepción.A las 11:00 a.m., en punto, el secretario designado del Departamento de Estado ingresó al terreno de juego que, en esta ocasión, se trató de una fría sala legislativa. Llegó junto a su equipo, su esposa, suegra y tres de sus cuatro hijos. No vistió un jersey del equipo de Ponce -una de las franquicias para las que jugó en la década de 1970- ni llevó tenis deportivas, pero entró sabiendo que tendría que enfrentar las técnicas de los contrarios."Pretender ir a la cancha y no recibir un codazo es insólito. Yo sé que van a venir críticas y las reconozco en términos de mi familia", dijo tras múltiples interrogantes por parte de los miembros de la Comisión de Gobierno de la Cámara de Representantes sobre los contratos otorgados a sus hijos en el gobierno."Creo que parte del servicio público implica unos sacrificios familiares que no es solamente el de uno, sino de las personas vinculadas a uno", argumentó la representante por el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), Mariana Nogales.Los cuestionamientos hacia el designado empezaron en el primer tiempo de juego. Seilhamer reconoció que varios de sus hijos sostienen o han mantenido contratos con el gobierno, pero afirmó que la obtención de nuevos acuerdos estará descartada si la Cámara y el Senado avalan su nominación."No me van a colocar a mí en ninguna posición incómoda o percepción equivoca… contratos nuevos, ellos saben que bajo ninguna circunstancia", expuso ante los miembros de la Comisión.Durante sus últimos tres años en el Senado, cuerpo al que renunció el 15 de enero de 2020, Seilhamer se insertó en el tema del cambio climático, trabajando en la confección de la Ley de Política Pública Energética (Ley 17-2019).Por más de cinco horas, respondió los cuestionamientos contrarios, aunque también, en múltiples instancias, fue reconocido por sus compañeros de ese terreno de juego que ocupó por 11 años, llamado Asamblea Legislativa. Con ellos -rojos y azules- intercambió genuinos saludos.Tras ocupar el espacio desde donde se dirigiría a los legisladores, Seilhamer solicitó removerse la mascarilla para colocarse los espejuelos y poder leer sin dificultad. "Ya yo estoy vacunado en la primera y en la segunda dosis, no por secretario de Estado, pero por viejo", dijo provocando la risa de compañeros.Sobre la mesa, desde donde leyó su ponencia, ubicó...

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