'Llamado a anunciar un mundo diferente'

Por Gloria Ruiz Kuilan

gruiz@elnuevodia.com

Una vez concluyó, todos los asistentes terminaron saciados espiritualmente, pero con un hambre voraz por contribuir a la transformación del país, del mundo.

La celebración de los 25 años de sacerdocio del padre Ángel Darío Carrero Morales fue motivo de regocijo tanto para él como para el círculo íntimo de feligreses y amigos que le acompañaron ayer en la parroquia La Resurrección del Señor en Río Piedras.

Mejor no lo describió una feligrés, cuando como otros tantos, se confundió en un abrazo con el párroco y le dijo: "He disfrutando esto terriblemente. ¡Que Dios te guarde! Esta ha sido una celebración que me dura por meses".

La parroquia -prácticamente al aire libre y nutrida por vegetación- se conjugó con el verbo potente, pero compasivo y alentador del padre Darío para despertar en los asistentes el don de la hermandad, del amor integral, del orgullo patrio...

El mismo don que descubrió al cuestionarse: "¿25 años felizmente consagrado?". "Un buen día, caminando por la playa, mi desierto favorito, descubrí que todo lo que me daba felicidad extrema no podía comprarse en tienda o mercado alguno. Era don", relató el teólogo a una cautiva audiencia.

La respuesta a su pregunta fue un "¡Felizmente!", un simple pero impetuoso adverbio con el que contagió a su público. "Descubrí que los instrumentos que necesitaba para acercarme a la felicidad añorada tampoco estaban fuera de mí, sino dentro de mí: mis propios talentos", agregó el también escritor.

Elogió la escuela franciscana que le ayudó a reconocer "que soy un don divino, que Dios no crea ningún ser que no esté dotado para algo" y que hay que usar los dones para el bien.

En un aparte con...

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