Llamado a perpetuar la celebración

Por Cynthia López Cabán

End.cynthia.lopez@elnuevodia.com

"Agrademos a los cientos de voluntarios, a las miles de familiares que desde temprano están aquí para recibir lo que es una tradición en Puerto Rico, que es el regalo de Reyes", afirmó el mandatario en un breve mensaje a las miles de personas que llegaron al Parque Luis Muñoz Rivera para el festejo.

"Mantengamos esta linda tradición viva", agregó Vela. Poco después se ubicó junto a sus trillizos Luis Roberto, Guillermo y María Luisa en una de las dos estaciones de regalos ubicadas en el Pabellón de la Paz del parque.

En la otra, Fortuño y el comisionado residente, Pedro Pierluisi, empezaron a repartir muñecas, bolas de baloncesto y juegos de mesa.

"Usted va a ganar las próximas elecciones", susurró Luz Rivera en el oído del mandatario mientras recibía una muñeca y una bola de voleibol para su hija.

Otra mujer, que recogía un regalo para su nieta, soltó: "vamos pa'lante".

Luego de repartir juguetes, Fortuño y su familia recorrieron el parque saludando familias y posando para fotos.

Entre cuentos y risas, se detuvieron en una carpa a comer cuerito de lechón y hasta recibieron peticiones de ayuda.

"Le di de mi cuerito", bromeó la primera dama con la prensa tras ofrecerle un pedazo de carne a Fortuño.

A su salida de la carpa donde se encontraba el lechón en la vara, Ramonita Lind interceptó a Vela para pedirle ayuda para adquirir un costoso instrumento que su nieta necesita para sus clases en la Escuela Libre de Música.

"No prometo nada, pero voy a tratar", indicó la primera dama.

A pocos pasos, en la carpa de los Padres Perdidos, cuatro niños esperaban para reencontrarse con sus padres.

Contrario al caos del año pasado, la fiesta de este año transcurrió en orden y sin complicaciones.

La repartición de los regalos arrancó a las 7:50 a.m. y la fila que desembocaba en dos estaciones de juguetes se movió con agilidad.

Pese a que los organizadores planeaban ofrecer dos regalos a cada niño, los menores y sus familiares se las ingeniaron para salir del lugar con bolsas de basura y cajas repletas de regalos.

Algunos menores tomaban un juguete y por la espalda se lo daban a su madre o padre. Luego con las manos vacías, volvían a pedir otro obsequio. Otras familias hicieron la fila en varias ocasiones.

En total, el Ejecutivo adquirió 95,000 juguetes y gastó menos de $ 400,000 en el evento, aunque se había asignado un presupuesto de $ 900,000, según Mike O'Neill, presidente de la Autoridad...

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