Llamamiento para que el pueblo despierte

Por Aurora Rivera Arguinzoni

arivera@elnuevodia.com

En lugar de hacerlo cantando, como ha hecho por años el cantante Andrés Jiménez, ella decidió hacerlo convocando a familiares, allegados y extraños. Para atraer a estos últimos se ha valido de las redes sociales y de los medios de comunicación que han cubierto el crimen, perpetrado aparentemente por error cuando el joven de 18 años y un acompañante que sobrevivió pasaron por donde opera hace años un punto de drogas, cerca de la turística Cruceta del Vigía de Ponce.

Hasta ayer unas 800 personas habían expresado su intención de unirse a la vigilia a través de Facebook, según indicó Ruiz vía telefónica en horas de la tarde, cuando dijo que se encontraba comprando cartulinas para colocar en el plató de su acto de indignación.

"Lo íbamos a hacer en el mismo punto (de drogas desde el cual se produjo el tiroteo que segó la vida del joven de 18 años y que casi mata a un amigo que viajaba con él)", dijo. Explicó que cambiaron de escenario debido a que "nos dijeron que no porque se está llevando a cabo la investigación y para nada queremos dañar la investigación de la muerte de mi primo".

Horas más tarde, a eso de las 6:00 p.m. pocas personas habían llegado al lugar dispuesto, y la mayoría eran policías o empleados del Municipio de Ponce, que la apoyó con seguridad, iluminación y el montaje de una modesta tarima con carpa en la entrada del Panteón Nacional.

"No tener como prioridad la seguridad pública sería un salvoconducto para que el crimen dicte la pauta de la vida de nuestros ciudadanos, por lo que iniciativas como esta que promueven la reflexión son herramientas adecuadas que pueden ser utilizadas por la sociedad", dijo la acaldesa de Ponce, María "Mayita" Meléndez, quien acudió a la actividad. "Pero que nadie confunda esto y piense que no abogamos por el cumplimiento fiel del concepto de ley y orden".

Muchos de los ciudadanos que llegaron hasta la calle Frontispicio, donde se encuentra el Panteón Nacional, se mantuvieron observando de lejos. Algunos eran vecinos del lugar como la familia compuesta por José Irizarry, Cinthia Damaris Colón, Jesús Manuel Rodríguez y los hijos de estos últimos dos, Kelvin y Jael Omar, de 9 y 5 años, respectivamente.

"Sentimos mucho la pérdida del muchacho", afirmó Irizarry, quien lleva unos 40 años viviendo en el área y asegura que es bastante tranquila, aunque ha existido problemas de trasiego de drogas, los que...

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