Llega a la última morada en su Ponce natal

PONCE.- Ni el sofocante calor ponceño iba a evitar ayer que José Miguel Rivera Albino tuviera una última oportunidad para despedirse de Rafael Hernández Colón. El hombre se protegió con dos enormes banderas, una de Puerto Rico y otra de Ponce, mientras esperaba a que el féretro del líder político llegara a la urbanización Morell Campos, donde se encuentra la última morada del líder político: un panteón de la familia Serrallés en el cementerio católico San Vicente de Paúl."Rafael fue ponceño de corazón y quiso a Ponce como nosotros los ponceños queremos a Ponce", dijo Rivera Albino. "En parte, el ponceñismo nace con él y con Churumba (Rafael Cordero Santiago, ex alcalde de Ponce)", expresó.El cuerpo de Hernández Colón llegó al cementerio a las 3:38 p.m. La ceremonia fue privada, ya que la familia había pedido espacio para el momento del entierro, con excepción de la presencia de algunos fotoperiodistas a los que se les permitió estar en el exterior del panteón. Un helicóptero de las Fuerzas Unidas de Rápida Acción (FURA) lanzó desde el aire pétalos color violeta y rosa, una vez el féretro se encontraba en el cementerio.Velatorio y misa exequialLa jornada final para Hernández Colón en su pueblo natal arrancó ayer a las 9:00 a.m. con la continuación del velatorio en el edificio que alberga la Fundación que lleva su nombre, ubicada en la calle Mayor. Uno de sus puntos culminantes se dio al mediodía, cuando la banda de la Congregación Mita, con la cual Hernández Colón tuvo estrechos lazos, escoltó el féretro, cargado por los hijos y nietos por varias cuadras hasta la catedral Nuestra Señora de Guadalupe, localizada en la plaza Las Delicias.Allí, el exalcalde de San Juan Héctor Luis Acevedo despidió el duelo, y, al final de la misa exequial, destacó que "hoy (ayer) se nos apaga una luz que alumbró nuestros caminos por décadas, pero con los destellos de su recuerdo y el eco de su ejemplo se abren los rumbos del mañana".Hernández Colón, uno de los líderes políticos más venerados, pero igualmente polarizantes de la historia del país, murió el jueves, varios meses después de haber sido diagnosticado con leucemia. Sus restos fueron recibidos con aplausos frente a la catedral, donde entonaron danzas y el himno de Puerto Rico."La vida y las obras de Rafael Hernández Colón son semillas para el entendimiento. Pasará el tiempo y al leer sus escritos, recordar sus ejemplos y emular sus legados (él) vivirá en nosotros por siempre. Los buenos maestros nunca...

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