¿LLEGARÁ ICHIRO SUZUKI A LOS 3 MIL HITS?

Por Carlos A. Valero Viruet

Especial El Nuevo Día

En mi opinión, no solo ratificó que su talento era de liga mayor, sino que rápidamente emergió como el mejor bateador de contacto de todas las Grandes Ligas. Más aún, si su llegada a Las Mayores hubiese sido antes, no solo podría haber bateado más de cuatro mil hits, sino pienso que tenía todas las posibilidades de batir el récord de Pete Rose de 4,256 inatrapables.

Sin saber inglés, acompañado de un traductor, y con un estilo poco ortodoxo y totalmente en contra del manual de cómo se mueven los pies en el plato al batear, Ichiro comenzó rápido a demostrar que no solo lograría batear en la Liga Americana con los Marineros de Seattle, sino que podía desplazar a jugadores establecidos, y hasta quebrar marcas casi imposibles de alcanzar, conseguidas en el siglo anterior por verdaderas estrellas del béisbol.

Lo dramático de sus primeros 2,500 hits fue el hecho de que los consiguió en apenas once temporadas y medias y en tan solo 1,817 juegos, lo que arroja un promedio de un incogible y fracción por desafío. Durante ese tiempo, nadie se le ha podido ni acercar en términos de consistencia (10 temporadas consecutivas con 200 hits o más), productividad (470 extrabases y dos títulos de bateo) y más que nada durabilidad (promedio de 159 juegos jugados por temporada en sus primeros 11 años).

Desde que Suzuki llegó al las Grandes Ligas fue noticia. Atípicamente se convirtió en Novato del Año a los 27 años y luego de haber conectado ya 1,278 hits en el competitivo béisbol profesional japonés. Y desde entonces no ha parado de batear a lanzadores zurdos, derechos, de gran velocidad o de envíos rompientes. Como cuestión de hecho, Ichiro es el segundo mejor promedio de bateo de por vida dentro de los jugadores activos con cifra de .324, a solo dos milésimas del líder, y en una lista que incluye estrellas de la talla de Chipper Jones, Derek Jeter, Miguel Cabrera, y Alex Rodríguez, entre otros.

Otra de sus grandes hazañas fue romper una marca establecida en la primera mitad del siglo XX, y que para muchos entendidos de la materia sería difícil de quebrar por jugadores del béisbol moderno. Me refiero a la de hits conectados en una temporada, establecida en el 1920 por George Sisler, quien logró 257 inatrapables ese año. Casi 84 años tomó mejorar la actuación de Sisler, y fue Suzuki quien, no solo alcanzó la meta, sino que estableció una nueva cifra de 262 hits.

Como si romper una marca de esa categoría no fuera...

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