Llena la cárcel de salsa

Por Camile Roldán Soto

croldan@elnuevodia.com

Y es que la agrupación decidió llevar un regalo musical a las confinadas en la Escuela Industrial para Mujeres en Vega Alta con motivo del Día de las Madres, que se celebra el domingo.

El concierto era un deseo que los músicos intentaron organizar durante años, pero no había sido posible debido a lo complicado que suele ser el trámite para autorizar este tipo de evento en la cárcel. Ayer, por fin, la cita se concretó.

Escoltadas por guardias de seguridad, las confinadas de mínima, mediana y máxima seguridad fueron ocupando poco a poco las sillas blancas colocadas frente a la orquesta hasta llenar el espacio.

No había tarima, luces, adornos ni otra cosa que no fuera un grupo de músicos con sus instrumentos, que según expresaron varias veces, estaban agradecidos por poder llevar sus canciones al lugar.

Como a la expectativa, la mayoría de las mujeres mantenía el rostro serio y los brazos cruzados. Frente a ellas, la banda fue presentada al público por el corista Javier Santiago.

"Estamos muy complacidos de hacer esto por ustedes. Es un honor", afirmó, a modo de saludo a las mujeres.

Con las estrofas de Lluvia con sol, tema de su tercera y más reciente producción, el grupo invadió el silencio carcelario y no se detuvo hasta pasadas casi dos horas de música.

El Macabeo, cuyo repertorio se distingue por canciones que narran la cotidianidad boricua con humor y realismo, le regaló a su público un total de 14 temas de sus dos primeras producciones, Salsa macabra y El entierro. Entre ellos, La conga, Se pone difícil y Cogiendo pon.

En la cárcel también tocaron por primera vez en vivo dos canciones de su nuevo trabajo: Me repito y No sé cuando llegue.

Aunque se mantuvieron todo el tiempo sentadas, las confinadas daban sus muestras de aprobación a la música siguiendo el ritmo con sus manos y sus pies.

"Otra, otra, que está muy bien", se escuchó decir por una esquina.

Pero las mayores muestras de agrado fueron evidentes cuando El Macabeo intercaló en el repertorio los temas Mi desengaño, de Roberto Roena; Negrito bembón, de Ismael Rivera; y La cuna blanca, de Raphy Leavitt y La Selecta.

Todos estos temas de la época dorada de la salsa despertaron, sin duda, emociones. Al escucharlos, algunas confinadas sonreían más ampliamente, otras tarareaban disimuladamente las letras o, simplemente...

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