Llueve su energía en el Coliseo

Por Marcos Billy Guzmán

Especial El Nuevo Día

Dieciséis años después, en su regreso al ruedo musical tras una pausa de los escenarios, el grupo volvió a develar las tristezas y desavenencias del amor con el corte 'Lluvia al corazón'.

Escuchar sus canciones nos provoca cierta nostalgia de tiempos pasados, pues su música sigue contando historias de las alegrías y tristezas del amor a través de metáforas sobre el agua, las mariposas, el aire, la mar, el alma y, por supuesto, el corazón.

La fórmula continúa enloqueciendo a sus seguidores y anoche el público que asistió al primero de sus conciertos en el Coliseo José Miguel Agrelot enardeció con las melodías de Maná.

Así, la agrupación integrada por el cantante Fher Olvera, el bajista Juan Calleros, el baterista Alejandro González y el guitarrista Sergio Vallín comenzó su gira internacional en la Isla, donde se presentarán hasta el sábado en tres funciones.

La primera presentación de la serie de conciertos "Drama y luz" inició oficialmente a las 9:05 p.m., cuando los músicos aparecieron sobre un escenario ambientado con luces azules.

Sobre una tarima alta, el grupo abrió su espectáculo con el corte 'Lluvia al corazón'. Escondidos detrás de una pantalla gigante, los intérpretes deslumbraron con visuales de un cielo nublado que se tornaba cada vez más oscuro. Luego, de repente, un torbellino que simulaba el mar se convirtió en lluvia y mariposas.

Tan pronto se escuchó la palabra "esperanza", el aspecto dramático de la presentación se transformó en luz y la multitud reaccionó a gritos.

"Muchas gracias, Puerto Rico, por permitirnos estar aquí. Decidimos arrancar la gira mundial aquí en San Juan, porque ustedes nos traen muy buena suerte", dijo Fher.

"Este concierto se lo quiero dedicar a mi madre, que se fue al cielo. Gracias", añadió, desatando aún más gritos entre las miles de personas que ocuparon el Coliseo y que a renglón seguido disfrutaron con 'Oye, mi amor'.

Conmovido, al artista luego se le olvidó la letra de su éxito 'Tú eres mi religión'. La muchedumbre, sin embargo, no se...

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