Llueve y no escampa

Por Penélope Chic

Me sorprende tanto desdén hacia la lluvia, una de las manifestaciones de la naturaleza más necesaria para la humanidad. Que conste que digo lluvia, no he mencionado diluvio.

Para mí no hay nada más seductor que el olor a tierra fecundada por la lluvia y ni hablar de esos días lluviosos que provocan quedarse en casa a hacer. de todo o nada.

Sé de personas que cuando viajan y llueve en el destino visitado insisten en que el viaje fue un fracaso y que se echó a perder. Será que pertenezco al grupo de humanos de los que ve el vaso medio lleno, pues encontrarme con un día lluvioso en mi destino turístico más que un inconveniente, es un valor añadido. ¿Qué cambia? Nada, excepto que tengo que ponerme un sombrero y agarrar el paraguas o sombrilla (que para mí es lo mismo, aunque "my very british husband", insiste en que son "two different things".)

Desde hace siglos, sombrillas y paraguas han sido utilizados para protegerse de las inclemencias del tiempo. Aunque en diversos países, incluyendo a Puerto Rico, muchas personas emplean ambas palabras de forma intercambiable, en realidad el paraguas se utiliza para la lluvia mientras que la sombrilla (también llamada parasol o quitasol) se usa sólo para protegerse de los rayos solares.

Para los gustos los colores. Prefiero las sombrillas pues generalmente son de colores brillantes y de estampados modernos, en comparación con los paraguas que usualmente son de colores oscuros.

A la hora de viajar toma en consideración el tamaño del paraguas o sombrilla. Si solo llevas equipaje de mano, un paragüita de tamaño prudente no te meterá en líos. Ni se te ocurra...

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