Lluvia

Karisa Cruz Rosado

La Naturaleza en su esplendor moja todo. El "blower" se daña, no tiene lugar. El pelo ya está esponjado. "Look" de pelo "parao". "Cool".

También el agua choca contra las ventanas de tipo Miami. Sobre el metal, el agua retumba. Crea, produce musicalidad. Ritmo.

La lluvia en el país en construcción a su vez tiene un peligroso potencial destructor. Grandes charcos. Tapones. Alcantarillas desbordadas. Inundaciones que enfurecen al inundado. Desconsuelan a quien sin techo pulula por la ciudad. Bajo agua sus casas. Bajo agua la vida. Otro traslado.

También la lluvia hace que nadie quiera trabajar. Los pies están mojados.

Ahora siento los rayos en la habitación. Los truenos hacen que los perros tiemblen. Qué susto.

Pero miremos sólo la lluvia. Poco los estragos. Obviemos un poco el alerta en el celular: peligro de inundación. Tratemos. El agua cae en la ciudad. Es un privilegio ver las gotas.

Dentro de lo apocalíptico y desolador que uno pueda pensar, -o tiene certeza de-, que es todo, dentro de lo pesado que es dejar el sueldo en gasolina y la poca o ninguna importancia (todo depende del cristal con que se mire) de la visita de Clinton, también aquí hay muchas cosas grandes que pasan. La lluvia es una. Cae, ha...

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