Las lluvias y la política

GABRIEL CIRINO

CATEDRÁTICO JUBILADO DE LA UPR

Es evidente la analogía que existe entre las lluvias y la política partidista. Sabemos que las instituciones esenciales de nuestra sociedad, la escuela, la universidad, la administración pública, el sistema de justicia y, posiblemente, la iglesia, están saturadas de política partidista.

En particular, la administración pública ha dejado de ser un orgullo para convertirse en un problema de ineficiencia.

La incapacidad manifiesta y la dejadez de muchos empleados y funcionarios contrasta con la dedicación, el orgullo y el placer de servir que tenían los empleados públicos hace tres décadas. Las enmiendas a la Ley de Personal han borrado las fronteras necesarias entre el Gobierno y la política.

Ahora se nombran y ascienden a muchos empleados a base de consideraciones político-partidistas, por lo que éstos son leales a su partido y no al Gobierno ni al pueblo. La Ley de Personal promueve nombrar empleados, fiscales y jueces poco...

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