López Zurita V. A.F.F. 1966, 93 D.P.R. 601

AutorDra. Ruth E. Ortega-Vélez
Páginas129-131

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Inspección Ocular.

Hechos: Aníbal Ruiz López, de 12 años 8 meses de edad, pereció ahogado el 3 de julio de 1963 dentro de un tubo de concreto que está al extremo de un canal de agua, los cuales forman parte del sistema de riego que opera la

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Autoridad de Fuentes Fluviales en el Valle de Lajas.

Aníbal vivía en las cercanías del canal. Acostumbraba ir a jugar a casa de un niño pariente suyo. La casa de su pariente queda como a sesenta pies del canal. Aunque el canal tenía una verja de espeques y alambre de púas a lo largo de sus costados, el lugar del patio de la casa de Suárez, no tenía cerca. El canal termina en el tubo de concreto, llamado sifón. Allí la corriente de agua se vuelve subterránea.

La inspección ocular demostró que en la boca del tubo quedaban dos varillas de hierro verticales empotradas en el cemento. También había unas seis marcas o ranuras verticales. En el momento de la inspección ocular el testigo Ingeniero Octavio Seda, Superintendente del Riego del Valle de Lajas, expresó que "Esto es donde estaban incrustadas las varillas cuando hicieron el sifón". Las varillas, de haber estado todas en su lugar, habrían evitado que un bulto grande, como el cuerpo del occiso, hubiese caído dentro del sifón.

Entre las conclusiones de hecho, el tribunal de instancia expresa que los empleados de la A.F.F., como tres meses antes de ocurrir el accidente, habían removido las varillas que allí faltaban para que no se acumulara allí basura que tapara el sifón. Como dos meses después de ocurrido el accidente, la Autoridad repuso dichas varillas. Concluyó el tribunal de instancia que de haber estado esas varillas de hierro cruzando la boca del sifón el día en que ocurrió el accidente, el menor no hubiese perdido la vida. Expresa el Tribunal Supremo que la prueba pericial médica presentada por los demandantes fue al efecto de que en los 14 segundos que tardó el niño en ser arrastrado por la corriente hasta la boca del sifón el niño no se hubiese ahogado. Ramón Enrique Suárez, a la fecha de los hechos tenía 18 años; al ver caer a Aníbal, corrió hacia el sifón, pero llegó segundos después de que la presión del agua arrastrara a Aníbal dentro del tubo. Concluye el Tribunal que de haber estado las varillas en su sitio, Ramón E. Suárez hubiese podido sacar a Aníbal del canal sin consecuencia fatal alguna.

Con motivo del accidente, la familia inmediata del niño demandó a la A.F.F. El Tribunal de instancia luego de concluir que el...

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