Lucha desigual en la ciudad

Por Yaritza Santiago Caraballo

yaritza.santiago@gfrmedia.com

Basta con visitar arterias vehiculares como la avenida Muñoz Rivera, la avenida 65 de Infantería en San Juan y el expreso de Trujillo Alto para darse cuenta de los peligros y el estrés que enfrentan los peatones al cruzar esas vías, según constató El Nuevo Día.

Entrado el mediodía, cruzar la avenida 65 de Infantería, cerca del centro comercial que lleva el mismo nombre, se vuelve agobiante para Roberto Torres, de 80 años, y su esposa, Noemí Figera, de 73. Y cómo no, a esa hora el tráfico está en todo su apogeo.

Sin auto ninguno de los dos, la guagua de la AMA los deja cerca de un cruce peatonal.

Agarrados de mano y aprovechando que los autos en la vía principal están detenidos en la luz roja, la pareja comienza la arriesgada travesía.

Por su edad, caminan a paso lento hacia el otro extremo cuando de repente una guagua que sale de una intersección se detiene de momento para darles paso. La pareja logra cruzar sin problemas, pero el temor de pasar por allí la arropa.

"Me da miedo y estrés pasar por aquí porque los carros pasan rápido, pero tenemos que caminar donde nos corresponde", dijo Torres.

A esa misma hora, en la avenida Muñoz Rivera, la falta de mayores accesos peatonales es otro dolor de cabeza.

Esto lo vive la licenciada Maggie Bonilla, quien sale por la parte de atrás del Tribunal General, en Hato Rey, para llegar a su auto estacionado en un edificio al otro lado de la avenida.

La tarea a pie es arriesgada. Le toca cruzar cinco carriles por un lugar no designado para peatones. "El cruce peatonal queda bien...

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