Lúnatiks

Mari Mari Narváez

Y miren que una ha defendido la diversidad, el derecho de cada quien a ser distinto (muy distinto), a que las familias sean como quieran. "Right-wing queerness", dice mi genial amigo y colega Miguel Rodríguez Casellas sobre la postal en cuestión.

Pero qué hacemos con este alcalde lunático y su familia. Está estipulado, señoras y señores. El hombre está de atar. Hay que encerrarlo en una jaula antes de que nos termine de destruir, ya no sólo la capital sino la poca reputación internacional que pudiera quedarnos.

Entre los animales salvajes disecados con la familia Adams al pleno, el recuerdo indeleble del chupacabras, el Colombus Theme Park y su estatua decapitada deambulando por el mundo, el certamen de decoración polar del mismo alcalde maniaco y el ovnipuerto de Lajas, me da pánico preguntarme cuál será el imaginario de cualquier extranjero sobre Puerto Rico.

Entiendo el "shock" por el trauma que hemos pasado a raíz de la última esquizofrenia del alcalde y el ulterior ridículo internacional. No les niego que la pregunta que más me ronda últimamente es: "¿Por dónde se huye de esta selva?"

Pero ahora corresponde encontrarle el sentido a todo...

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