Luz terrenal que ciega los cielos

Por Osman Pérez Méndez

osman.perez@gfrmedia.com

Las causas de tal invasión lumínica son muchas: una luz en el patio de una casa, los grandes bombillos en parques, estadios, carreteras y estacionamientos, los focos de automóviles, las vallas publicitarias.

Y la suma de todo es una luminosidad que, en lo que es quizás es el ejemplo más visible, le impide disfrutar de las estrellas, incluso en lugares relativamente oscuros.

Tal efecto fue probado durante un reciente recorrido nocturno por San Juan y Guaynabo, organizado por la Junta de Calidad Ambiental (JCA) y en el que participaron representantes de otras agencias de gobierno y diversas organizaciones no gubernamentales.

"Uno de los problemas fundamentales de la contaminación es que trata de matar moscas con un cañón, o en otras palabras, se ilumina de más o se ilumina en la dirección que no debe ser", comentó el arquitecto Fernando Abruña, mientras medía la cantidad de luz en el Jardín Botánico de Río Piedras, uno de los puntos más oscuros de la ciudad capital.

Allí, con todas las luces apagadas, los aparatos aún medían luz, y el resplandor de la luces de la ciudad era visible en el horizonte.

Los contornos de los árboles eran también visibles, así como algunos rasgos de las personas que no estaban muy distantes. Había claridad en el cielo y apenas unas 20 estrellas, cuando, según explicó Víctor Román, vicepresidente de la Sociedad de Astronomía de Puerto Rico, "debíamos ver miles y miles (de estrellas)".

La famosa Vía Láctea, que debería ser visible, está desaparecida. Todas esas señales, explicaron los especialistas, son signos de contaminación lumínica.

A poca distancia, en un punto junto al expreso Luis A. Ferré, bajo un enorme cartel publicitario de cambiantes imágenes con el trasfondo de la luces de un estacionamiento y otras colocadas sobre un edificio, la claridad era absurdamente elevada, y así lo constataban las mediciones de los instrumentos, que registraron una luminosidad 24 veces superior a lo que sería natural. Las luces y sus cambios de colores eran también visibles en forma de reflejos en las paredes de edificios más distantes.

En ese escenario, al revisar el cielo, apenas tres estrellas eran visibles.

La atmósfera de exceso de claridad se repitió en un área aledaña al centro comercial San Patricio, donde representantes de la industria de las vallas...

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