Maestro del bateo

n un conversatorio con varios fanáticos, le preguntaron al legendario cerrador de los Yankees de Nueva York, Mariano Rivera, quién había sido el bateador más difícil que enfrentó en su carrera.

“El más difícil tiene que ser Edgar Martínez. ¡Dios mío! Creo que todos los lanzadores van a decir eso porque el hombre sí era difícil de enfrentar”, dijo el lanzador panameño sin vacilar.

Algo parecido respondió el dominicano Pedro Martínez en una entrevista para el canal de Major League Baseball luego de ser exaltado al Salón de la Fama en el 2015: “Con todo respeto a los demás jugadores, el bateador que más odiaba enfrentar era Edgar Martínez. Me hacía lanzar por lo menos 13 rectas a más de 95 millas por hora porque bateaba muchos fouls. Terminaba agotado”.

Ese era Edgar Martínez. Temido por los lanzadores contrarios y amado por los fanáticos de Seattle, era el ejemplo perfecto de lo que es un jugador franquicia y un referente de consistencia en la caja de bateo.

Martínez pasó toda su carrera utilizando un solo uniforme, el de los Marineros, y le regaló a esa ciudad algunos de sus mejores momentos en el béisbol. Pero, sobre todo, fue un jugador que definió la función del bateador designado en las Grandes Ligas, al punto de que el premio que se le otorga al mejor jugador en ese rol en la Liga Americana ahora lleva su nombre.

“Edgar elevó la posición de bateador designado a otro nivel. Fue considerado el mejor bateador derecho de las Grandes Ligas”, sostuvo el historiador y estadístico Jorge Colón Delgado.

“Cuando comparas a Edgar Martínez con jugadores como Orlando Cepeda, Roberto Alomar, Iván Rodríguez y Carlos Beltrán, estamos hablando de cinco bateadores que tenían poder y también bateaban para promedio de .300. Esos cinco jugadores son los bateadores más consistentes que ha tenido Puerto Rico en su historia y Edgar es uno de ellos”, agregó.

Martínez nació...

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