La magia de la música

Por Ileana Delgado Castro

idelgado@elnuevodia.com

Fue solo el preludio de un romance con la música que, aunque llegó un poco tarde, no impidió que Fermín Segarra Vázquez se haya convertido en un reconocido violonchelista y que hoy sea miembro regular de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico.

"Soy el primero en mi familia que me aventuré en este campo", cuenta Segarra a modo de presentación. Recuerda que lo primero que hizo con el acordeón fue tratar de sacar la tonada de la canción Génesis con la que nuestra cantante Lucecita ganó el primer premio en el Festival de la Canción Latina, en México.

"En ese momento no sabía nada de música, pero empecé con una mano a tratar de sacar la canción. Así me pasé un buen tiempo jugando con el instrumento", rememora el músico con una tímida sonrisa.

Para esa época también se enteró de la convocatoria para tomar el examen de ingreso de la Escuela Libre de Música por la que optó de inmediato. Y, por casualidad o causalidad, ese mismo año en que se graduó de sexto grado, la escuela elemental en la que estudiaba fue rebautizada con el nombre de Carmen Sanabia de Figueroa, madre los hermanos Figueroa, una de las más distinguidas familias de músicos puertorriqueños.

"Así que tengo mi foto de graduación de sexto grado con ella porque ese año fue a repartir los diplomas", afirma con orgullo Segarra. Al parecer, un buen augurio si se toma en cuenta que, eventualmente, uno de los Figueroa, Rafael, sería su maestro de chelo en la Escuela Libre de Música Ernesto Ramos Antonini, de donde se graduó y en la que hoy es maestro y director de su Orquesta Sinfónica Superior, reconocida internacionalmente como una de las mejores en su categoría.

De hecho, en abril del año pasado esta juvenil orquesta, de 64 estudiantes, ganó la medalla de oro en el Festival Internacional de Música de Nueva York, celebrado en el histórico Carnegie Hall, bajo la coordinación del World Projects Music Festivals. A lo que se añade su labor como profesor de chelo en la Escuela Libre de Música y en el Conservatorio de Música.

Nada mal para alguien que admite haber comenzado tarde sus estudios musicales, pero que tenía suficiente motivación para estudiar y luchar por sus objetivos.

Segarra acepta que conoció por accidente el violonchelo y que llegó a la Escuela Libre de Música sin ninguna preparación musical previa.

"El día de la evaluación para seleccionar el instrumento con el que nos especializaríamos, uno de los profesores me dijo que como era bastante alto debía escoger el chelo. Yo le dije que prefería la viola. Pero él...

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