La magia del silencio y más...

Colombia

Durante el viaje fui haciendo una lista para describir el tipo de turismo que podría hacerse en Boyacá. La lista incluye: turismo cultural, interesante, distinto, seguro, familiar, relajado, divertido, de magia, de aventura, en confianza.

La travesía hacia Boyacá puede hacerse en un autobús público, que los hay saliendo a todas horas de Bogotá, o en un auto alquilado. Las carreteras son buenas, seguras y están muy bien rotuladas. Si fuera necesario, puedes detenerte y pedir direcciones, la gente es muy amable. Los colombianos han tenido que contrarrestar años de malas noticias relacionadas con la guerra y el narcotráfico y parecería que todos tienen muy internalizado el interés de mostrar otra Colombia en la que "el riesgo es que te quieras quedar" como dice el genial estribillo publicitario con que el gobierno mercadea el País en el exterior.

Si llegas hasta Bogotá, puedes atravesar la ciudad en el famoso sistema Transmilenium, que, utilizando guaguas dobles, recorre la ciudad de un lado a otro en carriles exclusivos moviendo a millones de personas diariamente con una puntualidad que luce impresionante para el visitante. Se toma el Transmilenium en dirección al Portal del Norte, ahí se toma un autobús hasta Tunja, la capital del departamento de Boyacá y desde ahí, la recomendación es ir directo a Villa de Leyva. Sobre este lugar especial viene el cuento más adelante, con más detenimiento.

En el departamento de Boyacá el turista encuentra de todo, pueblos dedicados a la artesanía de barro, a la confección de ruanas o ponchos de lana, cestería, prendas hechas de tagua, o "marfil vegetal" y artesanos de madera exquisitos. Todo a muy bien precio para el dólar aunque la recomendación es que al llegar al aeropuerto se cambie en un cajero automático por la moneda nacional que es la única que se acepta en todos lados.

El que quiera aventura tiene para hacer senderismo y montañismo o largas cabalgatas para ver los pozos azules de Villa de Leyva. Pero el encanto mayor es la paz y, por qué no, el silencio maravilloso que invita a la introspección y el relajamiento.

Ésta también es la ruta del llamado turismo religioso por la gran cantidad de iglesias históricas que se ven en todos los pueblos, incluyendo la famosa Catedral de Sal en Chiquinquirá. Este pueblo, además de ser la cuna del caballo de paso fino, se ve desde la carretera como colgando de las faldas de los cerros con sus casas con techos de tejas, construidas en ladrillos que...

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