Mago del bolígrafo
Por Tatiana Pérez Rivera..tperez@elnuevodia.com
Fotos Tony Zayas
"Estoy aquí 24/7, hay veces que no salgo en tres días. Hago una compra grande y aquí me meto", cuenta Rodríguez sobre sus hábitos en el antiguo colmado que convirtió en taller y hasta hace las veces de casa.
"Siempre quise algo así, le pedía a Dios poder tener un espacio grande para trabajar y tener una galería que me apoyara", comparte sus peticiones en los inicios de su carrera cuando se graduó de la Universidad del Sagrado Corazón para culminar en el 2005 una maestría en la Universidad de Kent en Inglaterra.
Ambas se le han cumplido. Rodríguez, representado en España por la Galería Espacio Mínimo, cuenta en la Isla con el estudio desde el cual crea piezas que siempre parten del dibujo. Incluso, dicha técnica es la que engaña el ojo humano que llega a confundir la pieza con grabado o hasta fotografía.
Está consciente de que lo que más feliz le hace puede alejarlo del mundo. "Trabajo todos los días", explica, "la carrera del artista es hasta que te mueras, por eso algunos se quedan solos; se apasionan o se enamoran tanto de esto que lo demás no importa y es un peligro. Suerte que tengo a mi novia (Cynthia Oviedo), que me ayuda muchísimo y me pone los pies en la tierra", acepta con la paz de que alguien cuida sus intereses.
El nombre de Rodríguez ha sonado en los medios de comunicación dos veces el pasado mes; demasiado para una persona que considera una prioridad celar su privacidad. Integrará la próxima edición de la Feria de Arte Contemporáneo ARCO, que se celebrará en Madrid en febrero, como participante de la serie Focus latinoamérica. Además resultó ganador del Premio UBS 2011 con el dibujo "Figure 1693 Misfire (Case 3) Smoke Signal". Éste fue adquirido por el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR) como parte del premio que también le otorga una cantidad en metálico.
Ni sabía que había sido nominado por lo que al recibir la llamada del curador del MAPR, Juan Carlos Quintero, pensaba que se habían equivocado. En la ceremonia de premiación lloró al ver a su familia, "porque son los que están ahí siempre y no te piden ni un vellón".
"Se me frisó la panza", recuerda, "y pues, estoy contentísimo. Yo recibo las cosas y después estoy preocupado porque sé que tengo que trabajar más para que no se vea que fue en vano. Después de recibir ese premio, lo menos que uno puede hacer es seguir haciendo las cosas bien".
"Siento un compromiso bien grande porque no quiero fallar nunca. Estoy...
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