Mal de fondo en las playas

Por Daniel Rivera Vargas

end.drivera2@elnuevodia.com

El problema es una combinación de factores que incluyen la poca cantidad de salvavidas que custodian las más de 270 millas de litoral que tiene Puerto Rico. A esto se suma la escasez de rótulos que notifican al público cuando una playa es peligrosa. Además, el lenguaje utilizado en estos, según algunos bañistas, es difícil de entender.

En Puerto Rico no existe una agencia responsable de administrar el recurso playa. Lo que existe es una junta cuya eficacia ha sido criticada, pues ha dedicado sus esfuerzos al tema de la limpieza y a inculcar en la ciudadanía el mensaje de que cada cual es responsable de la manera como disfruta el mar.

Esta semana -con dos días feriados casi consecutivos- es uno de los periodos que más tránsito de gente genera en las playas boricuas. De hecho, la Compañía de Turismo espera que en estos días más de 300,000 personas visiten las playas. Esta cifra de usuarios levanta una bandera de alerta ante la expectativa de condiciones marítimas poco ideales. Estas condiciones estaban presentes el domingo cuando desapareció de la playa del Condado, detrás del hotel Marriott, el joven canadiense Justin Langley. Su cuerpo aún no ha aparecido.

"Sería bueno que hubiera más salvavidas. Así es en Connecticut, en Nueva York y en Massachussets", dijo Carlos González, residente en Estados Unidos, tras salir de la playa que ubica detrás del hotel La Concha. "Especialmente para los europeos y los americanos que no saben cómo son las corrientes aquí", dijo Gloria Taveras, su esposa.

Esta dama fue la única en un sondeo de El Nuevo Día en tres lugares de San Juan que cree que hay suficientes letreros que alertan sobre los riesgos de algunas playas como, por ejemplo, la presencia de fuertes corrientes.

"Un letrero no es suficiente, verdaderamente no", dijo sin embargo Jenny Bonilla, de Isla Verde.

"Seguro que (salvavidas y más rótulos) son necesarios. Es una playa muy grande y la seguridad es importante", dijo la turista venezolana Aurora González, en el Último Trolley, en Santurce.

Cerca estaba Charles Cruz, de Toa Alta. "Ahora mismo el oleaje está alto. Si se ahoga ahora un nene, no hay quien lo rescate", dijo.

Según el programa Sea Grant, adscrito a la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, cada año 30 personas mueren ahogadas en Puerto Rico.

En la playa donde desapareció el joven canadiense hay al menos dos letreros que advierten sobre las corrientes marinas fuertes. Eliezer...

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