El malo de la película

Por Noel Piñeiro Planas

ESPNDeportesLosAngeles.com

Esto antes de abordar ayer un avión que lo trasladó a Nueva York para su combate de este sábado ante Miguel Cotto.

Con buen ánimo, en un ambiente relajado y rodeado de un grupo de amigos, Margarito (38-7, 27 KO) comienza a calentar. A los pocos minutos de moverse, las gotas de sudor brotan y empapan todo su cuerpo.

Tras cada una de las sombras que simula sobre el ensogado del gimnasio Mojac en Tijuana, un asistente le sigue con un mapo para secar el camino por donde baila. A los veinte minutos de ese constante ejercicio, luego de ser vendado para proseguir con unas sesiones de guanteo, unas cinco onzas de sudor acumulado bajo cada una de las mangas de su sudadera caen de sopetón al piso cuando se levanta el soporte de cada una.

"Estoy en la mejor condición de mi vida. Mejor que cuando me coroné por primera vez", afirma Margarito, quien de no estar, como dice, en buena condición y peso, estaría posiblemente forzándose a rondar las 154 libras que deberá hacer para su combate con Cotto (36-2, 29 KO), a fuerza de pasar hambre y limitar la ingestión de líquidos que ahora le ayudan a sudar.

"Creo que es la mejor preparación que he tenido en toda mi carrera. La verdad que vengo muy bien", agrega el hombre que suma ya casi dos meses de acuartelamiento para el combate por el título super welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) que ostenta el puertorriqueño Cotto.

Pero Margarito sabe muy bien que no es su condición física y cardiovascular la que necesariamente definirá su suerte el sábado en el Madison Square Garden.

Él está claro de que el factor por el cual lo evalúan los expertos y los apostadores es el estado de su ojo derecho. Y en especial la incógnita sobre cómo reaccionará el hueso orbital cuando reciba el próximo sábado los primeros golpes sin protección que le habrá dado en esa área desde que fue operado el año pasado.

Hace apenas 12 meses Margarito entró al quirófano para ayudarle a corregir la fractura que recibió en ese hueso durante su pobre desempeño ante el filipino Manny Pacquiao. Seis meses después tuvo que someterse a otra cirugía en el ojo, para extraerle una catarata que desarrolló y recibir un implante de un pequeño lente.

Considerando ese historial, no fue hasta el pasado miércoles -y tras una cargada agenda de visitas a especialistas y comisiones que le restó un día completo de su rutina de entrenamiento- que la Comisión de Boxeo de Nueva York declaró a Margarito apto...

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