En las manos del jurado

yaritza.santiago@gfrmedia.com

El 18 de marzo iniciará la segunda fase de este juicio de pena de muerte en el que este mismo jurado escuchará nueva prueba sobre los agravantes y mitigantes, que tendrá que considerar antes de decidir si Candelario Santana, de 41 años, merece ser ejecutado por sus actos o, en cambio, pasar el resto de sus días en prisión.

Ese será el próximo paso por seguir luego de que ayer culminara la fase de culpabilidad con un veredicto en contra de Candelario Santana por mantener una empresa criminal con la que cometió los 19 asesinatos que se le atribuyen. Entre los crímenes por los que se le encuentra culpable están los de la Masacre de la Tómbola, en la que murieron nueve personas y otras 20 resultaron heridas, el 17 de octubre de 2009.

Por esta masacre, el coacusado, David Oquendo Rivas, de 29 años, también fue declarado ayer culpable de 37 cargos. En su caso, este joven se expone a cadena perpetua. Será sentenciado el 6 de junio próximo.

El jurado deliberó desde las 11:00 a.m. hasta las 5:30 p.m. en un salón privado del Tribunal Federal, tras participar 10 días en el juicio en su fondo en el que más de 60 testigos se sentaron en el banquillo.

Antes de comenzar a deliberar, el jurado escuchó en la mañana, durante dos horas, las instrucciones del juez Fusté, quien a su vez repasó los cargos contenidos en el pliego acusatorio.

"No hay prisa para deliberar. Están obligados a examinar los hechos con detenimiento", les recalcó el juez.

Luego de más de seis horas reunidos, a las 6:05 p.m., el jurado entró a la sala con el veredicto. El silencio y la tensión arroparon la atestada corte a la que llegaron familiares de las víctimas de la masacre, y de Oquendo Rivas. Ningún familiar de Candelario Santana estuvo presente en la sala.

Antes de anunciar el tan esperado veredicto, el juez Fusté revisó el documento durante breves minutos que, para muchos, se hicieron eternos. Ya todo listo, el juez federal comenzó a leer cargo por cargo y los dos hombres fueron declarados culpables en todos.

Candelario Santana, quien lucía una camisa verde, escuchó el veredicto con rostro sereno, mientras que Oquendo Rivas lució apesadumbrado y cabizbajo.

Algunos presentes comenzaron a sollozar en silencio al escuchar la palabra "culpable", y continuaron durante poco más de cinco minutos.

Culminado el veredicto, se escuchó a Candelario Santana decir "tranquilo, estoy tranquilo", a su abogado de defensa, Francisco Rebollo.

Oquendo Rivas lució...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR