Manual de etiqueta para Navidad

Por Caramia

Ya me reuní con ellas y bien claro les dije que, o cambian sus actitudes o sencillamente me voy de 'party' solita. Total, que siempre en los jolgorios una encuentra compañía y, en ocasiones, de la buena.

Hubo algunas que se ofendieron, pero no me importa. Lo que pasa es que con el tiempo olvidaron las 'escenas' que protagonizaron. Y como ando en las de concienciar, aquí algunos consejos para mantener la etiqueta en estas fiestas.

Prudencia, cordura y mesura. Esa es la consigna para esta navidad. Y aunque sabemos hasta el cansancio que si bebemos no guiemos, siempre hay una ejemplar que se sale de la raya. El año pasado me fui de 'party' con las chicas y al volante iba la prima de Monín que no bebió más pitorro porque se acabó. A todo esto, cada vez que se le decía que se controlara, se molestaba. Terminé pidiendo un taxi que me cobró cuatro veces la tarifa regular.

Usa la servilleta. No hay cosa más fea que ver a una persona sacándose un pedazo de comida de los dientes con los dedos. ¡Horror! Eso hizo la Monín en la fiesta de Reyes de mi tía Margot. Se creía que nadie la estaba mirando y sin disimulo ni timidez se sacó un canto de lechón que tenía atravesado por los cordales, a juzgar por sus movimientos. No conforme con eso, hizo 'double diping' en varias ocasiones. 'Disgusting'!

'Morcilla alert'. Claro que son el alma de la fiesta. Sin morcillas no hay bembé, pero hay que tener arte en eso de comerlas, porque terminar con los dientes negros no es. Por lo general, las como en la intimidad, casa, donde no me ve nadie. Todavía recuerdo cuando mi amiga Basilisa se sentó con este único plato llenito de morcillas, nada más y nada...

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